EL PAíS • SUBNOTA › VIAJABAN A LA ZONA HABITUALMENTE
La mayoría de los 22 muertos del vuelo 5428 de la línea aérea Sol estaba, directa o indirectamente, vinculada con empresas petroleras y mineras de la zona. Es el caso de los mendocinos Jorge Jacomes, quien vivía en el departamento Godoy Cruz, y Diego Córdoba, de Luján de Cuyo. Ellos viajaban en representación de firmas petroleras que operan en Comodoro Rivadavia. Sus comprovincianos Andrés Cerioniri y Luis Vargas hacían lo propio como contratistas del yacimiento aurífero de la minera Cerro Vanguardia, en la zona de Puerto San Julián, en Santa Cruz.
Según relataron sus familiares, Jacomes, de 30 años, casado y sin hijos, iba a Comodoro cada 15 días en ómnibus y ayer por primera vez lo hizo en avión. Córdoba, de 40, era casado y tenía dos hijos. “Estoy conmovido, porque hubiera sido cualquiera de nosotros”, dijo ayer Pedro Argel, del Sindicato del Personal Jerárquico del Petróleo y Gas Privado del Chubut. “Es habitual que los jerárquicos del petróleo se trasladen desde las provincias de origen hacia Comodoro Rivadavia”, agregó Argel, quien tenía previsto reunirse con Antonio López, de 54 años, uno de los fallecidos.
El cordobés Marcelo Frías, de 42 años y con una hija de nueve, también estaba en este rubro. Era inyeccionista en pozos petroleros, por lo que viajaba cada 15 días a Comodoro Rivadavia, informó su hermano Roberto. Ferando Pulozzi, oriundo de la localidad rionegrina de Catriel, trabajaba en una petrolera al igual que Hugo Di Filippo, de 38 años, de la ciudad bonaerense de Tres Arroyos, quien vivía en Neuquén desde hacía 20 años.
Por otro lado, había dos gerentes de la empresa Key, que brinda servicios para compañías petroleras: Juan Manuel Ruiz y Darío Runjevac.
Otra de las víctimas es Eduardo Musacchio, un destacado geólogo y profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, conocido en la provincia porque su hijo Sebastián fue asesinado a los 22 años, cuando recorría Catamarca como mochilero. Hoy, según confirmó la titular de la Facultad de Ciencias Naturales de esa universidad, Lidia Blanco, se le rendirá homenaje en esa casa de estudios.
En el accidente también falleció el gerente general de la empresa Clear, dedicada, entre otras cosas, a la recolección de residuos. “Su vida era estar todo el día arriba de un avión. Había ido a Mendoza a firmar un convenio y venía a una reunión de directorio”, sostuvo ayer Gustavo Lupiano, representante de la empresa Clear. Rubén Demaría, residente de la capital de Neuquén, trabajaba en la empresa de servicios de ingeniería y arquitectura Ciar, al igual que Emanuel Olivera.
Otra de las víctimas, Sara Tula, atendía un kiosco de diarios en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia y había viajado a Mendoza por cuestiones familiares. Los otros pasajeros eran Guillermo Castro, de Godoy Cruz, Mendoza, y Fernando Pulozzi.
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