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Gustavo Gutiérrez suele ser serio. Seriedad que se traduce en su forma de vestir. Siempre un traje, siempre una corbata al tono y a lo sumo una fina ironía como destello de humor. Se define como un “verdadero pellegrinista” y un liberal dentro del conservador Partido Demócrata de Mendoza, al que no está dispuesto a abandonar a pesar de su elección. Y no es un dato menor. Gutiérrez se preocupa siempre en dejar en claro que su alianza es con Carrió y que no significa un cambio de partido.
–¿Qué hace un liberal como usted en un partido de centroizquierda como el de Elisa Carrió?
–No podía rechazar una oferta como la que me hizo Lilita. Tengo bien en claro que, más allá de las diferencias ideológicas que puedan llegar a existir, lo que importa es la vigencia de las instituciones, de las leyes, de la seguridad jurídica. Acá lo que importa es el desarrollo de un verdadero federalismo que no sea macrocefálico que beneficia a una ínfima parte del país y perjudica a las zonas más desfavorecidas. Por eso estoy con Lilita, porque no quiero que los pobres continúen financiando a los ricos.
–No se olvide que el discurso del federalismo ha sido el caballito de batalla de varios candidatos.
–Es verdad que con eso del federalismo se vistieron las peores prácticas feudales del país. Ahí los tiene a los tres candidatos del PJ, representan lo peor de eso. Para ellos discutir el Mercosur o el ALCA es apenas una cosquilla donde lo que les importa es hacer política con los fondos del Estado. Tanto es así que uno de lo que integran las fórmulas presidenciales financió su campaña deportiva con Aportes del Tesoro Nacional que estaban destinados a regularizar los desequilibrios financieros de las provincias.
–Entonces, ¿está tranquilo con su decisión?
–No puedo estar más tranquilo que un tenedor de los bonos defaulteados por Rodríguez Saá, que cualquiera de aquellos a los que les confiscaron sus depósitos y ahorros. De lo que estoy seguro es de que trabajaremos para conformar un sistema económico competitivo sin privilegios ni prebendas y mucho menos el rapiñaje que caracterizó a la apertura económica que realizó hace más de una década.
–¿Está consciente de que si triunfa usted se hará cargo de un Senado donde no tiene un legislador del ARI?
–En realidad eso no es un problema, porque se gobierna con legitimidad nacional e internacional, que es una de las pocas cosas buenas que tiene la globalización.
–¿A qué se refiere?
–Sin esa legitimidad (Hugo) Chávez no podría continuar en su puesto. La legitimidad la tiene dentro y fuera de su país.
–De todas formas no me diga que con Chávez en Venezuela, Lula en Brasil y con un posible triunfo del ARI, gobiernos como el de Estados Unidos estarán tranquilos.
–Nosotros no seremos un peligro para EE.UU. Además yo me veo más cerca de Chile que del resto de estos países.
–De usted se dice que viene a darle a la fórmula del ARI el equilibrio que necesita Carrió. ¿Qué opina?
–(Esbozando una sonrisa.) A lo mejor ella es el equilibrio que necesito.