El fiscal Pablo Ouviña realizó distintas sugerencias para acelerar los juicios previstos. “En este tipo de hechos con muchos casos, muchas partes y con muchas personas lo más razonable es que los Tribunales que tienen a cargo la tarea de juzgar nos escuchen para ver si nuestras propuestas pueden ser razonables”, dice Ouviña. “Creo que además, y de una vez, los organismos públicos deberían tomar el toro por las astas y fijarse si no es necesaria realmente una reforma legislativa que contemple la agilización de este tipo de procesos en tiempos razonables.” Ouviña explica que, por ejemplo, en otros lugares del mundo los juicios masivos con 400 o 500 víctimas se juzgan por delitos como genocidio. No porque crea que sea ése el delito con el que deben ser juzgados en este caso los represores, sino porque permiten imputaciones con otras lógicas distintas a la lógica penal que necesita la prueba del caso por caso. Lo que queda en estas condiciones y mientras tanto es evaluar la forma de avanzar: “Si vos querés juzgar a la mayor cantidad de gente antes de que se mueran, tenés que seleccionar, si una persona ya tiene condena a lo mejor lo más importante entonces es priorizar avanzar con otras”.