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No tuvo las consecuencias políticas del primero, pero el segundo escándalo de coimas en el Senado sacudió ese cuerpo legislativo. En el recinto hubo acusaciones cruzadas y pedido de detención para el periodista del FT que había revelado la punta del ovillo. Sin embargo, en la causa que se inició en la justicia federal no hay ningún imputado y el expediente está actualmente en la Cámara Federal. Los investigadores del juzgado de Claudio Bonadío allanaron las oficinas de Bercún, pidieron la intervención de sus líneas telefónicas, interrogaron a sus empleados pero cuando resolvieron citarlo lo hicieron en calidad de testigo, a pesar de la oposición del fiscal de la causa, que consideraba que las medidas ordenadas por el juzgado se orientaban más bien a llamarlo como imputado. Fuentes judiciales indicaron a Página/12 que Bercún “aparece bien posicionado” en el expediente. Bonadío cree que el escándalo pudo haber sido generado por los banqueros como un modo de presión para impedir que las leyes aprobadas por el Senado se convirtieran en ley en Diputados.