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Cuatro testigos identificaron a los policías que asesinaron a Carlos Alberto Márquez e hirieron a Martín Galli. Y ahora la jueza María Servini de Cubría estaría en condiciones de procesarlos por homicidio y transformar su detención en prisión preventiva. “La ronda de reconocimiento fue intimidante, me trataron en forma agresiva”, comentó a Página/12 una de las testigos que pidió permanecer en el anonimato. La compañera de Márquez y su amiga Susana González también participaron de la ronda realizada ayer en la alcaidía de los tribunales federales de Retiro. El marido de la testigo ya había hecho una identificación “inequívoca” a través de un juego de 28 fotos, e incluso pudo comentar que el comisario inspector Orlando Juan Oliverio está “más gordo”. “Tengo esperanzas, algo va a pasar en la investigación”, aseguró Galli a este diario. El joven que lleva una bala en el seno frontal aún se moviliza en silla de ruedas y ayer fue convocado por el juzgado de María Servini de Cubría.
“Estábamos en 9 de Julio y Cerrito cuando empezó el desbande. Mi pareja por suerte supo reconocer la diferencia entre los disparos con balas de goma y con las de plomo. Me agarró de la mano, corrimos y nos refugiamos tras una parecita. Un patrullero venía abriendo paso a un auto bordó, una 4 x 4 y un Palio blanco, todos con vidrios polarizados. Los caraduras estaban de civil e impunemente empezaron a disparar apoyados en los coches, como si estuviéramos delinquiendo cuando, en realidad, estábamos descansando sobre los canteros. Habíamos ido a repudiar los ajustes y la barbarie de Cavallo, y la ineptitud de De la Rúa”. Esta mujer desocupada, de 34 años, que relató así su experiencia a Página/12, pudo reconocer a dos policías que efectuaron los disparos, y a otros dos que estaban al lado de ellos. Fueron cinco rondas con 4 uniformados cada una. En un momento, cuando la testigo comentó que todos eran bastante parecidos, un policía que organizaba el procedimiento le respondió: “Obviamente señora, tiene que haber similitudes”. Marta Pinedo, mujer de Márquez, y Susana González también participaron de rondas de reconocimiento. Oliverio y otros seis policías de alto rango fueron detenidos la semana pasada. Los querellantes todavía no se explican qué hacía un comisario inspector a los tiros en medio del operativo represivo.
Galli fue convocado también para el reconocimiento, pero no puede hacerlo porque, aunque le hubiera gustado, no vio el rostro de quienes le dispararon. Como contratista de Edenor pidió una licencia y pronto volverá a sus clases de literatura. Dijo sentirse mejor desde el punto de vista físico y de ánimo.