Si hay algo en lo que José Manuel de la Sota no parece que vaya a cambiar es en su manía por la imagen, personal y de gobierno. Cada día gasta entre un millón y un millón y medio de pesos en publicidad.

Por delante viene un 2013 electoral, donde Córdoba renovará 9 de sus 18 diputados. Hoy es impensado un acuerdo que se cristalice en una sola boleta peronista. El ex gobernador Juan Schiaretti suena para encabezar la lista del peronismo cordobés. El kirchnerismo sabe que no cuenta con la tracción que generan los comicios presidenciales. La rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina Scotto, y el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, son, por el momento, quienes mejor cotizan.

Si algo logró De la Sota en su vida política es alambrar el peronismo cordobés. Su predominio como caudillo en el interior es notorio. En la capital, la aparición de Luis Juez y las disputas con su ex mujer Olga Riutort le abrieron grietas. Pero la estructura provincial es un relojito, donde el kirchnerismo intentó varias incursiones, pero nunca logró disputar el timón. Con esta espalda y exhibiendo una gestión ordenada, De la Sota se tiene fe para la disputa nacional.