EL PAíS › SE OFRECIó A QUEDARSE DURANTE LA NOCHE Y DE PRONTO TODOS SE FUERON

Más sola que Ailén en la carpa de la oposición

Se acercó a la carpa blanca opositora para firmar el petitorio contra la reforma judicial. Tal vez la entusiasmó el movimiento, o la propuesta de hacer del lugar “un lugar de encuentro”; como sea, Ailén Navarro, estudiante de locución de 19 años, no solamente firmó sino que se ofreció a quedarse durante la noche para ayudar a juntar firmas. Lo que no imaginó es que la iban a dejar sola, a cargo de las planillas, sin comida ni abrigo. Ni siquiera un teléfono por si pasaba algo. Primero vio que se iban los diputados, después los asesores empezaron a esfumarse. “Cuando vi que se habían ido todos y que me había quedado sola me pregunté: ¿Y estas planillas, ahora, a quién se las doy? Fue un poco desilusionante”, resumió sobre la experiencia.

La chica pasó la noche de esta manera a cargo de la carpa. Había ido con un amigo, a la salida de la facultad, y durante algunos tramos de la madrugada hubo vecinos o gente que pasaba y que entró a firmar que se quedó a acompañarla.

Los trabajadores de un local de hamburguesas le prestaron una campera y a la madrugada unos inspectores de colectivos le convidaron café para que desayunara. Recién a las nueve de la mañana apareció un asesor.

Ella lo puso al tanto de que había juntado firmas y quedaban pocas planillas libres, y el asesor le pidió que fuera a sacar más fotocopias. “Le dije que no, porque la verdad es que estaba muy cansada porque había estado ahí toda la noche.”

A la chica le quedó una foto de la experiencia, vestida con una remera estampada con el símbolo de la paz, en la puerta de la carpa. Posa sola, todavía sonriente, antes de empezar con la guardia.

“Estoy con la conciencia tranquila porque hice lo máximo que pude. Pero hubiese sido bueno que viniera alguien, porque no pude ir al baño”, se quejó. También contó que durante el día de ayer, en el que habló con muchos medios sobre su experiencia, “hubo gente que no sé de qué partido es, que me pidió disculpas. Dijeron que había habido ‘un fallo de coordinación’ entre ellos. Tampoco yo estaba molesta porque me había ofrecido a quedarme, pero me hubiese gustado otra cosa”.

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Ailén, abandonada en la carpa.
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