El fiscal Guillermo Marijuán recibió un anónimo en el cual se indicaba que, días antes del allanamiento a la financiera SGI, a la que estaban vinculados Leonardo Fariña y Federico Elaskar, desde el edificio de Puerto Madero sacaron documentación y la dejaron en una baulera de San Fernando. El anónimo identificaba la baulera. Marijuán le pidió al juez Sebastián Casanello que allane el lugar, pero éste le señaló que hay abundante jurisprudencia de la Corte Suprema argentina y la norteamericana que indican que es nulo realizar un allanamiento en base a un anónimo. Casanello mantuvo en reserva la investigación que ordenó –un seguimiento diario del lugar por parte de la Prefectura y el secuestro de las cámaras de seguridad–, pero ayer Carrió hizo público que el juez se opuso a allanar la baulera. En sintonía, el fiscal Marijuán también apeló ante la Cámara la decisión de Casanello de no allanar. El detalle curioso es que en el seguimiento diario que hizo la Prefectura del depósito en el que está la baulera, sólo detectó un movimiento fuera de lo habitual: un taxi con un individuo sentado en el asiento trasero vigilando el lugar. Era un fotógrafo de Perfil.