EL PAíS
“La única solución”
“Cuando la empresa entró en convocatoria empezamos a pensar cómo mantenerla abierta”, cuenta Carlos Gutiérrez, trabajador metalúrgico y hoy directivo de la fábrica Polimex. “Sabíamos que si la empresa quebraba, nos quedábamos afuera y no íbamos a tener trabajo en ningún lado. Ya no somos pibes, La única solución era quedarse con la fábrica y defenderla.”
“Les dijimos a todos que el que se quisiera bajar se bajara, y de los 95 quedamos 44. Formamos una sociedad anónima que es como una cooperativa. Les dijimos al juez y al síndico que queríamos quedarnos con la empresa. Muchos no nos entendieron, porque la deuda es de dos millones; pero conseguimos el traspaso de las acciones a cambio de la indemnización, en agosto del año pasado. Hicimos un ofrecimiento a los acreedores mayoritarios y se decidió pedir un año y medio de gracia, para después pagar la deuda en 6 u 8 años.” “Teníamos contratos para hacer sólo dos tipos de bisagra, con eso teníamos 120 mil pesos y nos quedaba para pagar los sueldos y la convocatoria. Después se cayó mucho más el mercado y estamos con problemas, aunque esperanzados en que el sector se reactive.”
“Los sueldos se redujeron. En las buenas ganábamos de 1500 pesos para arriba y hoy estamos en 300, 400 pesos. Peor es quedarse sin fábrica. “Buscamos todo el tiempo contratos nuevos. Hace poco desarrollamos una pieza (es una abrazadera que agarra un filtro), para lo que tuvimos que invertir 14 mil pesos y achicar la paga de la gente. Ahora esperamos que la inversión rinda frutos. Como creemos que ese es el camino, hicimos varias gestiones con Aníbal Fernández (ex ministro de Trabajo bonaerense) para conseguir fondos con los cuales desarrollar nuevos productos, pero Fernández se fue y el tema quedó en la nada. Estamos haciendo vínculos con las empresas cercanas. Una de las salidas fue alquilar una nave donde se instaló una firma de máquinas para gimnasios. Además de percibir el alquiler empezamos a hacerles la pintura de los equipos”.