EL PAíS › INDUSTRIALES DEMORAN DECISIONES DE INVERSION

Obsesionados con el dólar

 Por David Cufré

Uno de los pilares en que se apoya la política económica es el tipo de cambio alto. Roberto Lavagna expresó más de una vez que le gustaría un dólar a 3 pesos, e incluso el año pasado situaba su preferencia en 3,20. Pero la realidad es que se encuentra en 2,80 y en sectores industriales y rurales empiezan a escucharse voces que reclaman al Gobierno una acción más decidida para sostener la cotización. El argumento es que la economía es competitiva al día de hoy, pero que la incertidumbre cambiaria –por la posibilidad de que el dólar siga bajando– retrasa decisiones de inversión y ese comportamiento termina afectando al crecimiento.
Las dudas respecto del futuro del tipo de cambio obedecen a que la tendencia continúa siendo a la baja, sin que las medidas que tomó el Gobierno hayan conseguido mover el amperímetro de la demanda. El superávit comercial sigue llenando de dólares a un mercado que responde con indiferencia. Las intervenciones del Banco Central, en suma, son las que mantienen la cotización. Y en parte el problema para algunos empresarios es que Alfonso Prat Gay tiene un enfoque diferente al de Lavagna. Cuando el ministro hablaba de un dólar a 3,20, el entonces flamante jefe del Central indicaba que el tipo de cambio “de equilibrio” era de 2,80.
Prat Gay, a su vez, repite en cada exposición que su preocupación no es el valor nominal del dólar, sino la evolución de la inflación. Hasta el momento ese enfoque no entró en conflicto con el de Lavagna por una sencilla razón: toda la emisión de pesos del Central –muy superior a la proyectada inicialmente en el acuerdo con el FMI– tuvo un impacto nulo en el nivel de precios. En este punto, algunos empresarios consideran que Prat Gay debería ser más agresivo en la compra de dólares y desconfían de cuál será su actitud en el futuro, así como de la voluntad de Lavagna para pelearse con él.
“Al mercado habría que mostrarle los dientes. No digo para siempre, pero en el contexto actual no debería haber techo a la emisión. El Gobierno tendría que explicitar que se comprarán todos los dólares que haga falta para que el dólar no baje, e incluso para que suba un escalón”, opinó un ejecutivo de una gran empresa en diálogo con Página/12. Si por alguna razón cambiaran las expectativas y se desatara una corrida contra el peso, el Central tendría acumuladas reservas para contestarle, completó el empresario.
La negociación con el FMI es otro factor de incertidumbre. La postura tradicional del organismo es proclive a una política monetaria ortodoxa. Con el paso de los meses, el organismo fue flexibilizando su posición, sobre todo porque con el dólar alto se recauda más por retenciones. En la Unión Industrial, sin embargo, están atentos a la evolución de las negociaciones y mencionan que, si el Gobierno no da señales claras de que sostendrá el tipo de cambio, el crecimiento se lentificará.
“La foto hoy muestra que la mayoría de los sectores industriales y rurales son competitivos. La incertidumbre es por lo que pueda pasar en los próximos meses”, indicó un industrial. Además, la recesión brasileña genera una fuerte preocupación, tanto por la caída de exportaciones a ese país como por el riesgo de un aumento de las importaciones. “Empezamos a depender de que el real no suba de 2,80 porque se nos alteran los nervios”, agregó el empresario. El equipo económico por ahora responde con calma y afirma que en las demandas empresarias hay un poco de lobby y otro poco de exageración.

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