EL PAíS › LA COMPLICIDAD DE LA IGLESIA

Sotanas manchadas

 Por Diego Martínez

El avance de los procesos por delitos de lesa humanidad durante la dictadura apenas roza a la Iglesia Católica. Mientras sus jerarcas se beneficiaron con la impunidad biológica, entre los capellanes que consolaron a pilotos de la muerte o a torturadores de centros clandestinos hay apenas un condenado: Christian von Wernich (foto).

“La complicidad de la Iglesia Católica con la Junta Militar no parece despertar interés por parte de los tribunales”, apunta el CELS en su informe anual 2014. El Poder Judicial “se ciñó a dilucidar –y sólo en contados casos– las responsabilidades individuales de sus miembros, a pesar de la vasta literatura, prueba documental y de la contundencia de los testimonios que desde el Juicio a las Juntas evidenció la necesidad de un abordaje institucional”, destaca el informe, aún inédito.

El obispo Oscar Justo Laguna fue el único miembro de la jerarquía eclesiástica que llegó a estar procesado en una causa derivada de juicios por delitos de lesa humanidad. Meses antes de su muerte, la Cámara Federal de Rosario consideró que Laguna mintió al declarar sobre el asesinato del ex obispo de San Nicolás Carlos Ponce de León, en un accidente fraguado en 1977. De los dos capellanes que llegaron a juicio sólo Von Wernich fue condenado. José Eloy Mijalchyk, denunciado por sobrevivientes del centro clandestino que funcionó en el arsenal Miguel de Azcuénaga como partícipe en sesiones de tortura, fue absuelto por el Tribunal Oral Federal de Tucumán. Las razones se sabrán cuando se conozcan los fundamentos del fallo. El único procesado es Eugenio Segundo Zitelli, que como capellán del Servicio de Informaciones y de la Alcaidía de la jefatura de policía de Rosario participaba de interrogatorios vestido con sotana. Alberto Espinal, capellán del regimiento de Toay, La Pampa, fue citado a prestar declaración indagatoria pero hasta ahora logró evitarla alegando problemas de salud. Carlos Marozzi, capellán castrense en Santiago del Estero, fue imputado por el Ministerio Público pero todavía no fue citado a declarar.

Con pedido de captura internacional y dando pelea para que la Justicia de Italia no lo extradite, se encuentra Franco Reverberi Boschi, ex capellán auxiliar del Escuadrón de Exploración de Montaña VIII de San Rafael, Mendoza, imputado por delitos en el centro clandestino La Departamental. Reverberi Boschi está radicado en Sorbolo, provincia de Parma. También en Italia, aunque sin pedido de captura, vive el ex obispo de San Luis durante la dictadura Juan Rodolfo Laise, el mismo que le pidió al coronel Miguel Angel Fernández Gez –que lo declaró antes de ser condenado– hacer desaparecer a un sacerdote que había abandonado los hábitos.

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