“La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos puso de cabeza a todos los procesos de reestructuración de deuda soberanos.” La afirmación corresponde al editorialista de The New York Times Floyd Norris, publicada el pasado jueves 19 de junio. En su artículo, manifiesta que la Corte Suprema “ignoró las súplicas de los gobiernos de numerosos países, entre ellos los Estados Unidos, y trastrocó el mundo de las reestructuraciones de deuda”.

Según lo publicado en el NYT, la decisión del máximo tribunal de no revisar las distintas sentencias sobre los fondos buitre “probablemente haya dañado el status del estado de Nueva York como la capital financiera del mundo, e hizo mucho menos probable que países que enfrentan problemas de verdad tengan la capacidad de reestructurar sus deudas”. Lo que marca Norris es que una victoria de los fondos especulativos hará difícil en el futuro que otros bonistas accedan a reestructuraciones de deuda en caso de ser necesario. “No existe un sistema legal que permita resolver reestructuraciones de deuda. No existe una Corte que apruebe reestructuraciones. En cambio existe un sistema algo engorroso para estos procesos”, sostuvo el editorialista.

Según Norris, “es difícil sentir simpatía por Argentina, que llevó a cabo una brutal reestructuración cuando razonablemente podría haber sido más generosa”. No obstante, el articulista alertó que la decisión del máximo tribunal de Estados Unidos “perjudicará a países cuyos problemas financieros son mucho más graves”. Según destacó la publicación, el caso argentino presentó ciertas anomalías. Generalmente, los países –dice Norris– tienen inmunidad sobre algunos de sus bienes que los protegen de embargos. “Eso no fue lo que ocurrió con la Argentina”, sostuvo, y recordó el episodio de la Fragata Libertad. En definitiva, el NYT sostiene que podría crearse un sistema global para renegociar deudas.