Mientras las principales figuras del FA-Unen se reunían en San Miguel de Tucumán para celebrar el 9 de Julio, Elisa Carrió encabezó su propio acto en el Instituto Hannah Arendt. En el encuentro hizo un homenaje al pintor Guillermo Roux, del que inauguró una reproducción de su obra La Constitución guía al pueblo. “Este cuadro –aseguró la diputada– es profético: una mujer, una bandera con trabajadores e inmigrantes. Ellos son los que tienen que guiar a la Nación con la Constitución y no el PJ.”

Carrió no dio ayer mayores explicaciones de lo que la llevó a organizar su festejo propio, diferenciándose del encuentro en el que los otros presidenciales del FA-Unen –los radicales Ernesto Sanz y Julio Cobos y el socialista Hermes Binner– se mostraron en Tucumán. Tampoco viajó a esa provincia Fernando “Pino” Solanas, pero porque está en Italia.

En representación de la Coalición Cívica-Ari, el que viajó a Tucumán fue el diputado Pablo Javkin, pero en general, los dirigentes de la CC más cercanos a Carrió la acompañaron en el Hannah Arendt. Allí, la diputada volvió a hacer eje en su discurso anticorrupción. “Viva la patria y que vayan presos los delincuentes”, reclamó al hacer uso de la palabra. También cargó contra la figura del vicepresidente Amado Boudou, por su procesamiento en el caso de la calcográfica Ciccone. “Que llegue a tener la presidencia un pibe chorro de Puerto Madero es la degradación de la República”, sostuvo. Además, planteó que “la verdadera libertad es guiarse por la Constitución”.

Carrió estuvo acompañada por los legisladores Fernando Sánchez, Roy Cortina y Maximiliano Ferraro, por el auditor general de la Nación (Leandro Despouy) y los ex diputados Fernanda Reyes y Julio Raffo.