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- Kremlin. El Kremlin es una fortaleza de 28 hectáreas que incluye palacios, monumentos, iglesias y catedrales. Sus orígenes se remontan al siglo XII, cuando era una ciudad medieval con construcciones de madera que luego se convirtieron en la sede del príncipe de Moscú. En el interior hay plazas, calles, palacios y monumentos religiosos. Pero la construcción del Kremlin de Moscú actual (el anterior fue saqueado y destruido por los tártaros) comenzó en la época del zar Iván III, en 1485. En 1918, con la revolución, el Kremlin se convirtió en el centro político y administrativo de Rusia. Actualmente, conviven allí edificios de todos los estilos. El más nuevo es el Palacio de los Congresos, de 1961. Dentro del Kremlin se pueden ver dos objetos curiosos, el cañón de bronce más grande del mundo y la campana más grande del mundo. Ninguno de ellos fue usado jamás. El cañón nunca disparó balas y la campana se resquebrajó durante un incendio y no pudo sonar.

- Baño. Dentro del Kremlin ningún visitante puede moverse o salir del lugar asignado sin arriesgarse a un reto severo. Si camina por la calle en vez de la vereda, por ejemplo, un guardia le llamará la atención. Y no debe ser recomendable que lo encuentren solo y perdido. Cuando terminó el acto de firma de acuerdos entre los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner y el de Vladimir Putin, la comitiva argentina emprendió la retirada. Los ministros, entonces, se dirigieron rápidamente por un pasillo del Gran Palacio, aparentemente guiados por alguien. Hasta que dieron cuenta que todos seguían a la ministra Débora Giorgi, que había preguntado dónde estaba el baño y caminaba muy segura. Cuando llegaron a la puerta y se dieron cuenta, todos tuvieron que dar la vuelta y buscar la salida.

- Bella. Lindante con el Kremlin está la Plaza Roja, símbolo de Moscú, donde está la Catedral de San Basilio con sus cúpulas de colores y dónde también se encuentra el mausoleo de Lenin. La Plaza fue el símbolo de la Revolución Socialista: desde 1918 fue el principal punto de encuentro para manifestaciones, celebraciones y el escenario de desfiles militares oficiales (de hecho Stalin hizo demoler una de sus entradas para facilitar el acceso de tanques). Pero su nombre no se debe a la asociación con la revolución, ya que lo tiene desde el siglo XVII: Krásnaya, que en ruso antiguo significaba “bella”.

- Homenaje: Antes de su encuentro con el presidente Vladimir Putin, CFK encabezó un homenaje en la tumba del soldado desconocido, donde dejó una ofrenda floral. Es un monumento en el Jardín Alexander, pegado al muro del Kremlim dedicado a los soldados soviéticos caídos en la Gran Guerra Patria, como llaman aquí a la Segunda Guerra Mundial. En el centro del monumento está la lápida memorial de granito con una estrella de bronce de cinco puntas. En el centro arde una llama. En la lápida está escrito: “Tu nombre es desconocido, tu hazaña es inmortal”. Durante su visita a Moscú, la Presidenta quedó conmovida por los preparativos para el 70º aniversario del fin e la guerra, que se celebrará el 9 de mayo próximo, a la que se refirió en varias oportunidades. Ayer, contó que al ver una muestra en el Museo Histórico Estatal, se impresionó por una gigantografía del Ejército Rojo desfilando el día de la Victoria. Y que se conmovió porque el guía le dijo: “Mi padre estuvo allí”.

- Nombre: Durante el acto de la firma de los acuerdos, el traductor no llegaba a respirar por lo rápido que hablaba el presidente Vladimir Putin. Daba la impresión de dejar algunas frases sin terminar. Por eso, cuando llamaron a la ministra de Cultura para que se acercara a la mesa y su apellido no concordaba, pareció ser un equivocación del intérprete. Luego la misma Presidenta lo explicó, es que Teresa Parodi es el nombre artístico de Teresa Sellares.