“Nosotros habíamos interpretado que se había suicidado. No sabíamos de quién se trataba”, declaró la enfermera de Swiss Medical Yesica López Román, quien subió al departamento de Nisman en la torre Le Parc junto con el médico de la prepaga José Raúl Carrera Mendoza. La mujer contó que apenas entreabrió la puerta del baño para mirar, pero le costó porque el cuerpo la trababa. “Estaba boca arriba contra la bañera, con el esternón apuntado al techo y levemente hacia el lado contrario de la bañera como si la misma le hubiese impedido en la caída quedar completamente boca arriba porque el hombro izquierdo estaba contra la bañera”, describió, en la declaración testimonial a la que accedió Página/12. Cuando le mostraron una foto de Nisman tendido en el baño dijo que recordaba la escena tal cual pero no que la mano derecha estuviera como en la imagen, “tapando la herida”. El médico también dijo que apenas se pudo asomar. Cuando le mostraron la foto sostuvo: “Así no, me parece que en la fotografía está un poco desplazado hacia la izquierda, pero me confunde”.

La reiteración de testimonios como éstos había sido pedida por los abogados de la querella de Sandra Arroyo y sus hijas. Ellos interpretan que al menos el médico habló de que el cuerpo fue movido. Lo que el médico dijo es que en la foto le parecía verlo más hacia la izquierda y los brazos en otra posición (vio la mano izquierda al lado de la cabeza, tapando el arma, el brazo derecho extendido). A partir de eso, el abogado Manuel Romero Victorica al hablar por radio afirmó: “No hay ninguna duda de que a Nisman lo mataron”. La enfermera y el médico no quisieron entrar más al baño, dijeron, porque la cabeza trababa la puerta, había un gran charco de sangre y habían visto el arma. Aun así ambos dijeron que estaban convencidos de que estaba sin vida.