Jueves, 14 de abril de 2016 | Hoy
EL PAíS › LA RECUSACIóN A BONADIO
Por Irina Hauser
Cristina Kirchner recusó al juez Claudio Bonadio porque considera que hay múltiples razones que le impedirían ser imparcial para juzgarla. Una es que existe una “enemistad manifiesta” expresada en discusiones públicas en las que ambos se cuestionaron. Otra es que ella, a través de su ex representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, Julián Alvarez, denunció y pidió el juicio político del juez por su actuación en diferentes causas. Además, existe el antecedente del caso conocido como “Hotesur”, donde se investigan empresas vinculadas a la familia Kirchner, en el que la Cámara Federal apartó ya a Bonadio por irregularidades en su actuación. Por último, la propia ex presidenta se presentó como querellante, damnificada, en la denuncia penal –bautizada como “contradenuncia”– que hizo contra Bonadío un grupo de diputados, entre ellos Héctor Recalde y Carlos Kunkel, quienes también la acompañaron ayer cuando fue a tribunales (ver página 10).
La recusación debe ser resuelta primero por Bonadío, que no demoraría. Si la rechaza, como es posible, interviene la Sala II de la Cámara Federal, que es la misma que esa semana lo respaldó y le permitió seguir adelante con las citaciones de Axel Kicillof y la ex presidenta. Ese pedido de apartamiento había sido presentado por uno de los directores del BCRA, Pedro Biscay, quien sostenía que Bonadío les obstaculizaba el acceso al expediente, tanto fotocopias como a declaraciones de testigos, mientras que a la fiscalía no le ponían ningún impedimento. El tribunal le dijo que era cierto ese peculiar “criterio” y que había sido reprendido, pero que eso no alcanzaba para apartarlo. El planteo de CFK es completamente distinto y obligará a los camaristas Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Farah a hacer un análisis nuevo. Esto puede llevar semanas.
Sobre la enemistad manifiesta, la ex presidenta entregó varios recortes periodísticos que la reflejarían. Por ejemplo, la ocasión en que dijo que Bonadío era un “juez pistolero” y “extorsionador”, en alusión al episodio en que mató a dos personas en un intento de asalto. El salió a contestarle que era “cazador de chanchos o animales de pluma, soy instructor de tiro, no soy juez pistolero”, y que además “había actuado en defensa propia” y porque le dispararon a un amigo. “Ella es una funcionaria pública y debería decir en qué la extorsioné y qué le pedí, y lo debería denunciar porque es un delito”, había dicho también.
En el caso Hotesur, Romina Mercado, sobrina de la ex presidenta denunció que Bonadío pidió intervención a un grupo de peritos contadores de la Corte, pero a ella le impidió designar perito de parte. La Sala I de la Cámara le dio la razón. Después de que fue desplazado de esa causa, Bonadío lanzó otra frase provocadora: “Si aparezco suicidado, busquen al asesino, porque no es mi estilo”. En el Consejo de la Magistratura, Bonadio tuvo una decena de denuncias de todo tipo, algunas impulsadas por el propio gobierno kirchnerista.
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