EL PAíS › MENEM DICE ESTAR TRANQUILO. SUS ABOGADOS, NO
Un juez “amigo”, pero no tanto
Por Diego Schurman
Carlos Menem manifestó estar “tranquilo” y descartó la posibilidad de sufrir un nuevo arresto. “El juzgado es un juzgado serio que trabaja con gente honesta”, consideró el ex presidente sobre el magistrado Julio Speroni, quien lo investiga por el supuesto contrabando de material bélico. No obstante, su defensa no descarta una embestida judicial en contra ni tampoco la posibilidad de entrar en contacto con los abogados de Domingo Cavallo para coordinar una estrategia común.
Menem habló sobre el tema en Anillaco ante un grupo reducido de amigos. También marcó el teléfono a la consultora jurídica Menem & Asociados, de la Capital, donde integrantes de su defensa trabajan a destajo sobre todas y cada una de las hipótesis que se le pueden presentar tras la detención del ex ministro de Economía.
La tranquilidad que buscó transmitir con sus palabras se multiplicaron en boca de los miembros de su círculo íntimo. El viaje de su abogado Oscar Salvi a Ushuaia, por razones ajenas a la causa, intentó traducirse ayer como le mejor muestra del descrédito que le dan a las versiones que vaticinan un futuro negro para Menem.
Pero las palabras distan de los hechos. El ex presidente sabe que Speroni lo convocará a declarar en las próximas semanas. El propio juez se lo había anticipado en la anterior indagatoria, donde debutó la dupla Salvi-Oscar Roger luego de desplazar a César Arias, quien encabezaba hasta entonces la defensa en el fuero penal económico.
Si bien el menemismo hace honor a su jefe y repite aquello de la “honestidad” de Speroni, también suele regalar otros adjetivos: “jodido”, “hermético”, “impenetrable”. Sabe que el juez no es un “enemigo”, como sí lo consideraron a Jorge Urso. Pero también sabe que eso no lo transforma automáticamente en amigo.
No sólo teme que Speroni pueda encarcelarlo cuando lo cite a declarar por segunda vez. También evalúa la posibilidad de que éste no lo haga pero que la fiscal Alicia Sustaita apele ante la Sala B de la Cámara Nacional de Apelación en lo Penal Económico de la Capital Federal, que se ha hecho fama de dura. Allí los camaristas son Roberto Hornos, Carlos Pizzatelli y Marcos Grabivker.
–Esa sala es complicadísima –admitió una fuente de la defensa.
Menem también imagina un “atajo” a partir de una pedido de excarcelación que habría presentado Luis Carballo a la Corte Suprema. La línea argumental pertenece a la clásica escuela menemista: ningún funcionario puede cometer contrabando en contra de la propia administración. De prosperar el recurso de Carballo, otrora secretario del ex cuñado de Menem, Emir Yoma, podría asegurar la libertad de todos los sospechados.
Sería el escenario más favorable para el ex presidente: se librará de los cargos por contrabando agravado, de la misma forma que ya zafó de los de asociación ilícita y de falsedad ideológica. Sólo le quedaría en pie la causa por enriquecimiento ilícito.
El menemismo no descarta a la Corte como camino directo si las cosas se complican. No le fue mal el año pasado cuando Urso prometía encierro eterno en la quinta de Don Torcuato.
Otra opción que evalúan cerca de Menem es la de facilitar el sobreseimiento de Cavallo, lo que reduciría los argumentos contra el ex presidente. Esto es porque, según los abogados, los principales responsables son los que integraron la comisión tripartita interministerial –entre ellos Cavallo– que autorizaba las exportaciones de material bélico, y, sobre todo, la Aduana, que estaba bajo la órbita de Economía.
En ese sentido explicaron que el decreto que autorizó esas operaciones se gestó, a la inversa de lo que sucede habitualmente, “de abajo para arriba”. Es decir, que los pedidos de Fabricaciones Militares eran el punto de partida, que luego aparecía en escena la comisión tripartita(integrada por representantes de los ministerios de Economía, Defensa y Relaciones Exteriores), y finalmente se producía la rúbrica de Menem.
Públicamente la defensa del ex mandatario negó haber mantenido algún contacto con el cavallismo. Aunque no descartó que lo fueran a tener en el corto plazo a través de Eduardo Oderigo y Rafael O`Gormann, los abogados del ex ministro. “Si ellos nos llaman no tenemos absolutamente ningún inconveniente en hablar”, dijeron, sugestivos, desde en Talcahuano al 800, donde se encuentra el estudio jurídico de los Menem.