EL PAíS
300 kilómetros de cautiverio fueron la antesala del fin
La banda que tenía a Cristian está vinculada al secuestro de dos comerciantes liberados por la policía tras haber dado 300 kilómetros de vueltas en el baúl de su auto.
Los miembros de la misma banda que tenía capturado a Cristian Ramaro salieron a hacer otra changa: lo hicieron el lunes a la noche, en San Fernando, donde a la salida de un restaurante capturaron a dos comerciantes textiles que acababan de cenar. Los delincuentes encerraron a ambos en el baúl y viajaron un total de 300 kilómetros, principalmente por la zona norte del Gran Buenos Aires. El ministro León Arslanian confirmó que se trató del mismo grupo de delincuentes. Lo que a última hora de anoche no quedaba claro aún es por qué se desencadenó el tiroteo que derivó en la liberación de los secuestrados. Aquí, los hechos y las hipótesis que estaban en danza al cierre de esta edición.
Primero, los hechos. El secuestro comenzó la noche del lunes, alrededor de las 23.30 horas, cuando luego de cenar Edgardo Stambolian, comerciante del rubro textil, y Fernando Trotta, empleado del primero, se retiraban de un restaurante de la localidad de Victoria, en Libertador al 2500. En el momento en que se disponían a subir a un Mercedes Benz fueron interceptados por cuatro delincuentes que bajaron de un Peugeot 206.
Stambolian señaló que no se pudo “mover” porque quedó “estupefacto”, mientras uno de los ladrones hizo bajar a su amigo, por el lado del acompañante, y lo ingresó a la parte trasera del vehículo. “Se sube el otro casi encima mío y yo paso por el medio de las dos butacas y termino abajo del asiento de atrás. Nos pegaban con las pistolas mientras gritaban ‘no miren’. Nosotros tratábamos de proteger nuestras cabezas porque otra cosa no podíamos hacer”, dijo Stambolian.
“Estaba encapuchados, con anteojos negros, no vimos ningún rostro”, afirmó Stambolian. “La primera media hora fue bastante dura –apuntó– porque había mucho nerviosismo de parte de ellos.” “Mientras mantenían a las víctimas boca abajo en la parte trasera del auto, los delincuentes les pidieron números de teléfonos de familiares con la intención de pedir un rescate por sus vidas. Pero Trotta y Stambolian se negaron a dar información”, dijo a este diario el fiscal Juan José Maraggi. Luego de 15 minutos de recorrido, los delincuentes trasladaron a las víctimas al baúl del auto. Y partieron rumbo a la villa Cri Cri de la localidad de Garín, en Escobar.
Hasta aquí, las versiones son coincidentes. Pero anoche quedaba la duda respecto del procedimiento que derivó en la liberación de ambos. Durante el día, la versión judicial fue que en un callejón de la villa los ladrones quemaron el Peugeot 206. Y mientras la banda contemplaba la escena fueron sorprendidos por personal de la DDI de Zárate que realizaba investigaciones en el lugar. De inmediato comenzó un tiroteo impresionante. Los delincuentes dispararon incluso con una poderosa ametralladora, la M16. Uno de los disparos de los policías impactó incluso en el baúl del Mercedes Benz donde estaban los dos hombres secuestrados. Los delincuentes huyeron en medio de la oscuridad y uno de ellos fue arrestado por la policía.
Cuando las víctimas fueron liberadas, Trotta estaba herido en la cabeza, producto del roce de la bala que impactó en el baúl, y fue trasladado a un hospital de la zona. “Se pudo establecer que a las víctimas las pasearon 300 kilómetros, porque de casualidad el dueño del Mercedes Benz había puesto en 0 el cuentakilómetros”, relató un investigador policial. El detenido era Leandro Darío Santos.
Anoche, este diario recogió otra versión de esta última fase de los hechos. Según esa hipótesis, el grupo que secuestró a los comerciantes era la parte de la banda que no había cobrado el primer rescate, pero tenía en su poder a Cristian Ramaro. Por ello salieron con desesperación a buscar plata con un secuestro al voleo. Pero los tres delincuentes que se lanzaron a la nueva aventura no contaban con que la policía provincial les estaba siguiendo los pasos, pues la banda que tenía a Cristian estaba identificada y vigilada desde el primer momento del secuestro en Tigre. Conclusión: el nuevo hecho terminó en el tiroteo. La policía detuvo a Santos y a partir de allí pudo establecer la punta del ovillo para llegaral dato de dónde estaba cautivo Cristian. Que de acuerdo a esa versión fue liberado a las 20.30 de la noche.