EL PAíS › LA DIDACTICA EXPLICACION DEL EMPRESARIO PISANO
El soborno lo banca el Estado
La pata empresaria del negocio es Horacio Luis Pisano, el dueño de Angiocor y dirigente de Argentinos Juniors. Su presentación es conmovedora: “Somos una empresa nacional que años está en el mercado, prestadores del PAMI, todos capitales argentinos. Somos tres hermanos, dos hermanos y un primo”. Eso sí, las prótesis cardíacas se importan, “porque nacionales no hay ni van a haber, no se puede”.
En su monólogo ante D’Elía, Pisano defendió el sistema de cápitas frente a la provisión exclusiva del material, pero se quejó de que Ocaña les estaba bajando el precio. En cuanto a la venta lisa y llana, sería mala para el Estado porque los proveedores tendrían el poder de manejar oligopólicamente el suministro y concretar un lock out cuando lo creyeran útil.
Pisano, el muchacho que había mencionado Ferreira en la primera conversación con D’Elía, se definió como “militante, yo soy peronista, soy peruca, yo lo eché a (Carlos Guillermo) Suárez Mason, me llamaba Menem para que no lo echara a Suárez Mason y yo lo eché”.
Actualmente procesado, el ex jefe del Cuerpo Uno y ex general fue presidente de Argentinos.
El problema del muchacho es que “Ocaña no recibe a nadie” y entonces no hay interlocutor y “tenés que hablar con un 4 de copas, que es un gerente, pero yo no sé si el gerente define o no define”.
Si las exigencias subieron y “ustedes quieren la chancha y los veinte, está para darlo, pero también necesitamos el apoyo político de adentro mismo, de PAMI, yo no sé si soy claro, decime”.
Para ser aún más claro, el muchacho fue didáctico: la manera de agrandar el margen de la recaudación ilegal de la política es subir el pago del Estado hacia los prestadores. Para dar el 10 por ciento de soborno la cápita debería volver al 1,35 original, a partir del 1,18 al que lo llevó Ocaña.
En caso de llegar a un acuerdo, todo sería prolijo. “Tampoco se puede manosear a la empresa ni a vos. Si entramos en un carril así, achiquemos la cosa, nadie va a quedar afuera, nadie va a decir ‘Me cagaste’. El que está en el mercado hace mucho tiempo es porque tiene códigos. Si mañana me dicen que yo estuve sentado con vos, lo voy a negar a muerte.”