EL PAíS
Una chiquita, y tregán
En un momento de la negociación apareció un personaje, Hugo Spaltro, puntero radical de La Matanza, que entregó a D’Elía un pequeño curso de corrupción política:
–En este pergeño dejo la vida, y estoy jovato. El que va a pagar es él. La garantía es José María. Por eso quería tener una chiquita con vos. Acá tenés que tener, mínimo, el eje tenés que ser vos, el tregán la tenés asegurada.
–¿Qué es tregán? –preguntó el piquetero.
–Trescientos mil pesos mensuales –contestó Spaltro, sin explicar que tregán debe venir de “tres gambas”.
–¿Trescientos mil pesos mensuales? –repitió D’Elía por si la cámara había registrado mal el sonido.
–Es el mínimo. Pero hay que pelear 400. Más los firmantes, que van a querer una plata.
También explicó que “necesitamos hacer política, crecer”. Si fueran 400 y quedasen 200, “100 para la agrupación de ustedes y 100 manejamos nosotros”.
Y luego vendría la definición de la política negra como bolsillo de payaso.