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Pocas horas después de conocerse la resolución que revocó los sobreseimientos dictados por el juez en lo penal económico Julio Speroni a Carlos Menem y Domingo Cavallo, el magistrado dispuso el procesamiento sin prisión preventiva del coronel retirado Diego Palleros, como presunto integrante de una asociación ilícita dedicada al contrabando de armas. Speroni trabó además un embargo sobre los bienes de Palleros por cinco millones de pesos.
De este modo, Menem y Cavallo no fueron los únicos que recibieron malas noticias en el marco de la causa que investiga el tráfico de material bélico a Croacia y Ecuador durante el gobierno menemista. La resolución de Speroni complicó la situación de Palleros, quien fue señalado como presunto autor de “contrabando agravado” y miembro de una “asociación ilícita”.
Palleros había pasado los últimos nueve años prófugo en Sudáfrica. Allí sólo estuvo detenido unas semanas en 1996 en una cárcel de Pretoria, cuando el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky ordenó su captura internacional. Pero logró quedar en libertad cuando el gobierno sudafricano rechazó el pedido de extradición.
Este coronel retirado de 78 años regresó al país el mes pasado cuando la Cámara de Casación le concedió la exención de prisión. Los miembros de la Sala I de ese tribunal consideraron que de esa forma Palleros podía “colaborar” con la investigación, y las primeras declaraciones que ofreció el intermediario en la venta de armas apenas cruzó el Atlántico reforzaron esa idea. El 13 de agosto, en una entrevista que concedió al diario La Nación en Montevideo, Palleros dejó mal parado a Menem. “Estas ventas dependen de la máxima autoridad, que es el Presidente, y por eso Menem firmó los decretos secretos que las autorizaron”, aseguró. El militar relató además que el entonces interventor en Fabricaciones Militares, Luis Sarlenga, le había exigido 200 mil dólares “para dárselos a Emir Yoma, para que cerrara la investigación”.
Pero aunque logró poner nerviosos a varios ex funcionarios menemistas, esta verborragia no tuvo su correlato en el expediente judicial. Tal vez por indicación de su abogado, Isaac Wieder, la actitud de Palleros se modificó cuando llegó a Ezeiza. Así decidió guardar silencio cuando el juez Speroni lo citó a prestar declaración indagatoria. Wieder exigió que, antes de cualquier declaración, la Justicia resolviera la “prescripción” del delito investigado.
Luego, el juez Speroni le prohibió a Palleros la salida del país, y la defensa del militar interpretó esta decisión como una suerte de prólogo al procesamiento que se conoció ayer. “Es probable que sea procesado, pero no creo que ordene su detención”, predijo en ese momento Wieder en diálogo con Página/12.
Frente a este panorama gris, Palleros decidió ensayar un último recurso en los Tribunales: el pasado 12 de octubre denunció a Speroni por “amenazas coactivas, abuso de autoridad y privación ilegal de la libertad”. Pero esta presentación, que quedó radicada en el juzgado federal de Rodolfo Canicoba Corral, no logró frenar la decisión del magistrado en su contra.