EL PAíS
Teatro y otras minorías
Los porteños que van al teatro son una ilustre minoría: sólo el 3,7 por ciento dice ir a una sala al menos una vez por semana, lo que los coloca entre los fans. Un mínimo 1,3 va una vez por quincena y el 3,2 por ciento una vez por mes. El resto, más del 90 por ciento, jamás pisa un teatro.
Este público selecto, que sostiene la muy vital escena porteña, es mayoritariamente maduro y de clase media alta o directamente alta. El 14 por ciento de la clase media más próspera es espectadora frecuente, y el 15 ocasional, cifras que suben al 25 y 20 por ciento en la clase alta.
Una cuarta parte de los porteños de entre 35 y 39 años va al teatro, pero apenas el 4 por ciento de los jóvenes alguna vez los pisa.
Lo que la encuesta deja muy en claro es que el teatro es un sector donde el Estado compite con éxito. Una clara mayoría del público que frecuenta el teatro, un 45 por ciento, dice ir regularmente a salas oficiales. Esto supera por mucho al teatro alternativo, que lleva al 30 por ciento del público, y al teatro comercial, que llama al 25 por ciento.
Si el teatro parece pequeño en público, los museos todavía tienen mucho que envidiarle. Sólo un 2,3 por ciento de los encuestados dice visitarlos regularmente, con un 20 en promedio que va de tanto en tanto. Casi un 80 por ciento jamás pisa una sala de exhibición de ningún tipo. Con una muestra tan escasa, los encuestadores no arriesgan demasiados detalles con respecto al perfil de los que frecuentan los museos. Sin embargo, hay indicios de que a mayor nivel social, mayor es la frecuencia de visitas, y que los estudiantes son, después de los que tienen empleo, los que más los frecuentan, lo que puede deberse a que están incluidos en los calendarios escolares y en planes de estudio superiores.