EL PAíS
Molina y Quiñones
La médica Hilda Molina explicó ayer su estadía como “huésped” en la embajada argentina en Cuba.
- “Nunca tuve la intención de pedir asilo político. Esa versión fue totalmente absurda. Fui a la embajada porque teníamos previsto mantener una teleconferencia con mi hijo. Hubo un agravamiento del estado de salud de mi madre, que sufrió un pico de presión. Los funcionarios nos ofrecieron permanecer. Cuando mi madre mejoró, volvimos a casa”.
- “Lo que pedimos es que los que dirigen la Argentina, una generación que defendió los derechos humanos, sean consecuentes con esa lucha y comprendan que se están violando los derechos de una familia argentina”.
El hijo de Molina, Roberto Quiñones, fue bastante más duro.
- “El gobierno de la Argentina se está bajando los pantalones.”
- “No se qué cambalache hay en la Cancillería, pero resulta que gente honesta y sensible, como Eduardo Valdés, ha tenido que pedir la renuncia. Ojalá que esto no sea una estratagema para sacarle presión al caso.”
- “Espero que en la recta final el presidente Kirchner, la senadora Cristina Fernández y el canciller no nos dejen de ayudar por miedo al conflicto.”