EL PAíS › ECONOMIA RECHAZO LAS PROPUESTAS DE PABLO CHALLU

Desautorizado y renunciado

Roberto Lavagna maltrató ayer al secretario de Defensa de la Competencia, Pablo Challú, al negar la posibilidad de utilizar la Ley de Abastecimiento para contener el alza de los precios. “Mientras yo esté acá, control de precios, no”, sentenció el ministro de Economía. “El control de la inflación, como en cualquier país moderno del mundo, se hará a través de política monetaria, política fiscal y, en todo caso, política de la competencia”, agregó, ante la mirada de Challú, quien participó del acto en el cual el titular del Palacio de Hacienda tomó control del Ministerio de la Producción. Como si faltara algo para que la autoridad del secretario quedara definitivamente pisoteada, Lavagna concluyó que “el desafortunado trascendido sobre controles de precios agregó hoy (por ayer) una presión adicional en el mercado, porque no se corresponde con los 14 puntos acordados con los gobernadores”. No hacía falta más. Challú entregó su renuncia, que se efectivizará pasado mañana.
Como le pasó antes a Remes Lenicov, Lavagna descubrió que a diario tiene un nuevo frente que atender. Pero a diferencia de su antecesor, el jefe de la cartera económica se muestra firme en la toma de decisiones. Su línea también es la de alcanzar un acuerdo con el FMI, pero la estrategia en pos de ese objetivo difiere de la de Remes. Ayer también condujo la negociación política con el Congreso para conseguir la modificación a las leyes de Quiebras y Subversión Económica, aceptando sugerencias de los legisladores en contra de las instrucciones de Washington.
“La posibilidad de derogar la Ley de Subversión Económica está excluida”, recalcó, con igual firmeza a la que aplicó en el debate por el control de precios. El FMI reclama la anulación de la ley que habilita el enjuiciamiento de banqueros, pero Lavagna accedió a la recomendación de los legisladores de modificar la norma sin derogarla, a fin de destrabar la discusión. “Los miembros del Congreso aportaron información muy sólida sobre la imposibilidad de anular esa ley”, agregó. Varios banqueros y ex funcionarios tienen causas abiertas por supuestas violaciones a la ley de Subversión Económica. Todos ellos quedarían desprocesados con la eliminación lisa y llana de la ley.
Otro problema que tiene Economía en carpeta es el vencimiento a mediados de mes de 800 millones de dólares de un préstamo del Banco Mundial. Si no se paga, Argentina caerá en default con los organismos multilaterales, con los que hasta ahora siguió cumpliendo, a pesar de la gravedad de la crisis, para aspirar al acuerdo con el FMI. Lavagna reveló que se solicitará un crédito puente “a países y organismos multilaterales” para saldar aquel compromiso. Dijo que se comunicó con la número dos del FMI, Anne Krueger, para darle “máxima velocidad” a las negociaciones. Sin embargo, evitó mencionar qué países están involucrados y el resultado de su gestión ante Krueger. Lo único que señaló respecto a esa conversación fue que le anticipó que el Congreso no derogará la ley de Subversión Económica.
“La decisión del Gobierno es mantener a la Argentina insertada en el mundo y para eso uno de los requisitos es seguir la negociación con el FMI”, afirmó Lavagna ante corresponsales extranjeros. Pero agregó que “eso no significa aceptar la totalidad de lo que plantea”. El tiempo mostrará hasta que punto cedió y hasta dónde mantuvo sus convicciones. Por otra parte, el ministro negó que se vaya a pagar salarios de empleados públicos en Lecop, como se especulaba desde dentro del Gobierno por la espectacular caída de la recaudación.

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