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Un juez federal santafesino –que ya detuvo a siete represores y se apresta a citar a militares retirados por delitos de lesa humanidad– fue objeto de una macabra amenaza: desconocidos dejaron en la puerta de una radio un ataúd con restos óseos de una criatura y una carta que hacía referencia a uno de los citados a indagatoria, quien fuera un hombre de la inteligencia policial que falleció hace siete meses. El juez federal Reynaldo Rodríguez recibió ayer del propio ministro del Interior, Aníbal Fernández, su solidaridad y puso a disposición la cartera a su cargo a los fines de esclarecer la amenaza, que fue dejada en las puertas de LT 10. En tanto el ministro de Gobierno santafesino, Roberto Rosúa, dio instrucciones a la jefa de Policía provincial, Leyla Perazzo, para que se concrete una rápida investigación que arroje resultados positivos.
El domingo pasado, poco después de las 22, un desconocido se comunicó telefónicamente con un canal de cable para decir que una bomba había sido colocada en LT 10. Inmediatamente, desde el canal llamaron a la radio para advertir sobre la amenaza. Minutos después se encontró a metros de la puerta principal de la emisora un féretro pequeño y viejo, con una carta dirigida al juez Rodríguez. “Estoy muerto, pero muerto de risa por cómo los subversivos manejan la Justicia”, decía la nota, en teoría firmada por el fallecido Carlos Osmar Rebechi, un ex policía que durante la dictadura se desempeñó en tareas de inteligencia.
Días atrás, el juez había llamado a indagatoria a Rebechi, al coronel retirado del Ejército Juan Orlando Rolón y al teniente coronel Domingo Manuel Marcellini como imputados en la causa relacionada con la represión ilegal. En el Juzgado no advirtieron que Rebechi había muerto hace aproximadamente siete meses, víctima de un cáncer.
Sin embargo éste no es el primer hecho intimidante hacia personas que están relacionadas con esta causa: en la fachada del juzgado federal apareció una pintada que decía: “Gracias juez Rodríguez. Montoneros”.
Además, el 19 de enero pasado, la casa del secretario del juzgado, Miguel Abásolo, fue violentada por desconocidos que aprovecharon que el funcionario había salido a cenar con su familia. También denunció amedrentamientos el abogado Jorge Pedraza, querellante en la causa, debido a la aparición de pintadas contra su persona.
La importancia del proceso que lleva adelante Rodríguez se refleja en las detenciones, las primeras efectivas en años en la justicia santafesina por delitos de lesa humanidad: el 17 de febrero pasado procesó a Víctor Hermes Brusa (ex juez federal), Mario Facino (presidente comunal de Rincón y ex policía), Nicolás Correa (militar retirado), y a los ex policías Juan Calixto Perizzotti, María Eva Aebi, Eduardo Ramos y Héctor Colombini. Todos permanecen detenidos.