EL PAíS › MARIA ELENA NADDEO
“Teoría facilista”
Por A. O.
María Elena Naddeo es la titular del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, el organismo del gobierno porteño para velar por la infancia. “Estamos muy preocupados porque observamos un accionar policial muy represivo en los últimos meses”, le dijo a Página/12 al confirmar el alerta lanzado por las organizaciones. “Vemos detenciones arbitrarias de chicos de temprana edad –advirtió–, no originados en la comisión de un delito sino por supuestas violaciones contravencionales, que terminan convertidos en incidentes penales.”
–¿Cómo opera esa conversión?
–Un grupo de chicos está durmiendo en la calle, viene la policía y se despiertan sobresaltados. Quieren escapar y terminan con una causa penal por resistencia a la autoridad.
–¿Por qué ocurre esto?
–Se sienten más respaldados por el marco de un Código Contravencional que abrió una mayor rigurosidad y un mayor control social. La policía se siente con mayor respaldo para proceder con niveles represivos más altos.
–Los fiscales argumentan que así protegen a los chicos.
–Hay una interpretación incorrecta: se dice que niños que son víctimas merecen asistencia y protección. Que mediante la detención de los chicos se llega al adulto explotador. Pero esto finalmente no ocurre: los chicos son detenidos pero los explotadores nunca aparecen.
–También aseguran que reiteradamente no encuentran respuesta en el Consejo.
–Para los parámetros que manejan, ellos lo entienden así. Si se llevan a un chico de 12 años que no está cometiendo ningún delito, ni contravención ni es víctima de ninguna explotación, lo más probable es que al policía le digamos que no se lo lleve en un patrullero.
–¿Y qué se hace en esos casos?
–El Consejo y la Secretaría de Desarrollo Social tienen una amplia red de contención para los chicos que están en la calle. Lo que debe entenderse es que a nadie se lo puede llevar compulsivamente a un hogar o una institución. Hay que hacer un trabajo mucho más fino e intenso que levantarlo en un patrullero y llevarlo a la comisaría. Creer que así se va a solucionar el problema es facilista, pero contacta con la necesidad de un sector de la población que quiere ver libre la calle de pobres y mendigos.
–¿Cómo se soluciona el tema de los chicos en la calle, la mayoría de las veces efectivamente explotados?
–No con cruzadas salvadoras. El trabajo que hacemos es con una guardia permanente para las urgencias, con operadores de calle que están con ellos. Y con una investigación en serio: nosotros llevamos a la Justicia cinco denuncias concretas de explotación sexual de chicas y chicos. Y todo quedó archivado porque no se investigó.