ESPECTáCULOS › MIRTHA BUSNELLI Y GUSTAVO GARZON HABLAN DE “UNA FAMILIA ESPECIAL”
“Es una propuesta de alto riesgo”
Canal 13 pone en la mesa uno de sus platos fuertes, una historia que mezcla a alienígenas 3-D y humanos en un paisaje –cuándo no– costumbrista. Busnelli y Garzón relatan sus reacciones ante la idea, y las ventajas
de trabajar en un elenco compuesto enteramente por... actores.
Por Emanuel Respighi
Hoy a las 21, cuando Canal 13 estrene Una familia especial, comenzará otro capítulo en la lucha por el rating, en la franja que mayor público y pauta publicitaria concentra. Para competir con Los Roldán en el 9 y lo que Telefé programe a esa hora en abril (¿Susana Giménez? ¿Casados con hijos?), la pantalla de Adrián Suar peleará con armas que exceden el ámbito terrestre: Una familia especial contará la historia de un grupo de extraterrestres que aterriza en Mataderos y que, para sobrevivir en la Tierra, se debe camuflar como humano. Una propuesta de riesgo para un horario históricamente conservador en la TV. Con un agregado que no deja de ser atractivo: el ciclo incorporará a su trama a personajes realizados en animación 3-D, utilizando el sistema motion capture (captura de movimientos), con el que fue hecho El expreso polar, el último film de Tom Hanks.
La historia, narrada en clave humorística, contará las peripecias que deberá sortear el grupo de alienígenas varados en el Gran Buenos Aires, ante el desperfecto que sufre la nave que los traía de su planeta para realizar una investigación sobre el comportamiento humano. Ante semejante situación, la única alternativa que les queda a los ET es encarnar en los cuerpos de la familia que vivía en la casa abandonada en la que se instalan. Claro que la adaptación no será fácil: sobre todo cuando comiencen a enredarse con los extraños vecinos de al lado. La familia alienígena está interpretada por Mario Pasik, Mirtha Busnelli, Sabrina Garciarena, Mike Amigorena y Muriel Santa Ana, mientras que Luis Brandoni, Mariano Martínez, Gustavo Garzón y Julia Calvo encarnarán a los humanos.
A raíz del estreno de la tira, Página/12 dialogó con Busnelli y Garzón, comenzando con una pregunta obligada: ¿qué fue lo primero que les pasó por la cabeza cuando les ofrecieron hacer una tira con extraterrestres? “¡Están locos! Ya no saben qué inventar”, dispara con honestidad brutal Garzón. Después, a medida que se fue interiorizando sobre la trama, el actor cambió de parecer. “Le empecé a tomar respeto a la idea, dejé de burlarme. Me di cuenta de que era una propuesta de alto riesgo, diferente. Una de dos: o nos dan un cachetazo o arrasamos con todo”, dice. “Para mí fue al revés”, acota Busnelli. “Si me convocaban para hacer una tira costumbrista, no sé si la hubiera aceptado. Pero cuando me contaron que iba a interpretar a una extraterrestre, me entusiasmé.”
–¿Una familia... será la versión local de Alf o se volcará más a los aspectos metafísicos de la estadounidense 3rd. Rock From the Sun?
Gustavo Garzón: –Es una comedia familiar, que tiene cosas de enredos, de ciencia ficción, de costumbrismo. Humor naïf y liviano, para que la puedan ver chicos y grandes. Tipo Alf.
Mirtha Busnelli: –Tiene cosas absurdas y cierta ingenuidad, no más que eso.
–¿O sea que mantiene, con algunos matices, el registro costumbrista de Pol-ka?
G. G.: – El costumbrismo está presente porque es la marca registrada de Pol-ka. Hay una familia bien de barrio y una familia extraterrestre al lado. En el contrapunto entre las dos familias está la gracia del programa.
–¿Qué le aporta de innovador Una familia especial a la típica comedia de las 21?
M. B.: –Si bien no descubrimos la pólvora, el hecho de encarnar seres extraterrestres que se relacionan con los terrestres es una novedad para la tele argentina. La expectativa está puesta en ver cómo se aborda, con qué lenguaje, qué coordenadas se manejan en las situaciones... De alguna manera, aun desde el humor, Una familia... se pregunta qué somos los humanos, ya que los extraterrestres se encarnan en cuerpos de carne y hueso, sintiendo cosas del orden de lo humano que desconocen. Investigan, se sorprenden, se asustan. El ciclo indaga sobre las cosas quehacemos los humanos, muchas de las cuales son ridículas y no nos damos cuenta, pero que en el ciclo quedarán al descubierto a través de la visión de los extraterrestres.
–¿Hay un tono grotesco y absurdo en el humor?
G. G.: –Yo no diría grotesco, pero sí absurdo. Pero es un absurdo que está legalizado, no va a ser un lenguaje extraño para la gente. Hoy por hoy el absurdo está instalado. Aunque en Una familia... el absurdo no aparece en los chistes, sino en el encuentro entre extraterrestres y humanos. Como le pasa a uno en la vida cuando se topa con seres extraños y no sabe bien de dónde provienen esas diferencias: si se trata de personas de otros países, otras culturas...
M. B.: –En realidad, el extrañamiento es de parte de los extraterrestres sobre cómo son los humanos. Los extraterrestres sienten que los humanos, como raza, son extraños.
–Y a nivel actoral, ¿las actuaciones estarán un tono por sobre lo que habitualmente se ve en la TV?
M. B.: –Yo vengo de hacer La niñera, que por ser sitcom es casi un teatro filmado. Es un género que tiene pocos decorados y actores y que se desarrolla a partir de la sucesión de chistes. Es un lenguaje televisivo particular. En cambio, nuestras tiras tienen elencos numerosos y no avanzan a partir de un chiste tras otro, sino a través de situaciones que pueden llegar a ser más o menos graciosas. Las actuaciones son diferentes.
G. G.: –Lo que me gusta de este programa es el elenco. Es muy parejo, todos los integrantes son actores. En Una familia especial no hay mezcla de modelos, mediáticos, vedettes y actores. Creo que esa ensalada extraña que se impuso en el último tiempo es nociva para los programas.
M. B.: –Una de las pautas por las cuales yo me sumo a un ciclo es a partir de la composición de un elenco. En La niñera eran todos actores, y el intercambio en el set con gente que a lo mejor no lo fuera se complicaba porque es un género complicado. Uno necesita interlocutores que nos obvien un montón de pasos. Ahora, sin perjuicio de ello, no descarto un buen producto televisivo que combine modelos y actores...
G. G.: –(Interrumpe.) Yo para actuar prefiero actores, porque hablan el mismo lenguaje que uno. Con una modelo o un mediático tenemos lenguajes diferentes. Pero esto pasa siempre cuando en todos los ámbitos se incluye a gente de otras disciplinas. Si yo me pongo a modelar, probablemente lo haga como el culo y no voy a tener tema para hablar en los camarines con los modelos, por la simple razón de que no pertenezco a ese mundo.
M. B.: –Pero podríamos estar hablando de otro tipo de ciclos, donde el atractivo sea la mezcla de la mujer barbuda del circo con un actor de trayectoria. Yo no trabajaría con esos personajes en un programa donde se necesitan actores, pero si su actuación es buena no veo inconveniente.
G. G.: –A mí no me parece ni bien ni mal. Prefiero trabajar con actores. No es lo mismo trabajar con Luis Brandoni que con Guillermo Nimo.
–El problema es que para la comedia de las 21 se apunta a un público multitarget. Tal vez se piensa más en juntar celebridades que en hacer un buen programa...
M. B.: –En general, la TV es una idea de producción más que artística. La TV es una mezcla rara de negocio, arte y masividad. En lo que sí acuerdo con Gustavo es que encontrarme con un Roberto Carnaghi, Florencia Peña, Mario Pasik o Luis Brandoni facilita las cosas.
G. G.: –Hay muchas maneras de buscar la audiencia. Yo lo que creo es que las cosas buenas finalmente se venden. Imaginate otro elenco haciendo de extraterrestres... La actuación es como el tenis: si pasás la pelota al otro lado y no te la devuelven el partido es aburrido. En la TV pasa lo mismo. En Los Roldán el que se destaca es el Puma Goity, que es un gran actor. Se puede pagar fortunas en sueldos a figuritas, pero nadie habla de las modelos del elenco. Los grandes actores son los que finalmente seducen al espectador.