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El rumor extendido en la familia y los allegados de Emir Chabán es que éste esperará dos o tres semanas a que baje la tensión y entonces sí pagará la fianza para recuperar la libertad. La Policía Bonaerense custodia desde el sábado pasado los domicilios de la madre y un hermano de Chabán, ambos ubicados en el conurbano, en la localidad de San Martín. Lo que no está claro es adónde iría el principal imputado del caso Cromañón: la alternativa de un country parece difícil, por cuanto es casi seguro que los vecinos se opondrían. La alternativa es un campo.
Ante la durísima reacción de los familiares de las víctimas, el abogado de Chabán, Pedro D’Attoli, le sugirió a su cliente no cubrir la fianza, mantenerse en Marcos Paz, supuestamente hasta que la Cámara de Casación deje en firme la excarcelación. Ese tribunal podría tardar entre uno y dos meses en resolver: suele plegarse a las posturas más duras, por lo que votaría por revocar la libertad del empresario, pero habitualmente Casación sólo se aboca a evaluar fallos definitivos y no medidas provisionales como una excarcelación.
Lo cierto es que hoy por hoy Chabán tiene derecho a estar libre y, en cambio, ha optado por una especie de prisión voluntaria que resulta más que extraña, no registra casi antecedentes y que se revierte cuando Chabán quiera, con sólo cubrir el monto de la fianza. Este paso se da por lo general dejando en depósito, en el juzgado, la escritura de una propiedad, que de esa manera queda inmovilizada como garantía: Chabán la puede seguir usando o alquilando, pero está bloqueada para cualquier venta.
La versión que se recoge entre los allegados a Chabán es que habrá un compás de espera hasta que baje la oleada de indignación. Antes de que se diera a conocer la estrategia de la prisión voluntaria, se instruyó a la Departamental San Martín de la Policía Bonaerense para que les diera protección a las viviendas de la familia de Chabán, particularmente el domicilio de la madre y un hermano, en San Martín. Allí hay policías apostados durante las 24 horas.
El día que el empresario salga en libertad, el Estado deberá darle protección frente a eventuales agresiones de los afectados, amigos de las víctimas o cualquier persona indignada. El domicilio de Chabán es en la Capital Federal, en la calle Rodríguez Peña, aunque fue detenido en una casa de la calle Salta, también de su propiedad. A primera vista, entonces, la custodia deberá ser proporcionada por la Policía Federal. Sin embargo, todo indica que el empresario buscará un lugar completamente distinto para vivir y, de hecho, esconderse.
Lo más probable es que lo haga en territorio bonaerense, por lo que el Ministerio de Seguridad a cargo de León Arslanian tendrá que planificar una custodia que no será nada sencilla. Se habló de la posibilidad de un country del conurbano, pero los hombres del ministerio creen que es difícil: plantearía un choque con los socios del country, que no querrán tener allí un vecino tan conflictivo. La otra alternativa es un campo en el interior bonaerense e incluso en alguna provincia más alejada. No será sencillo que Chabán convenza a algún amigo que le dé cabida, dado que la propiedad correrá sus riesgos. Lo concreto es que las dificultades son distintas, pero igualmente complicadas, porque no es sencillo darle cobertura al perímetro de una propiedad de grandes dimensiones. Por más que la cobertura se haga sólo en el casco del campo, siempre existe la posibilidad de que alguien, furioso, quiera producir un daño.