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El dólar libre cerró ayer en casas de cambio a 3,48 peso para la venta, mientras que por cuenta y orden del Banco Central la cotización cerró a 3,30 para la venta y 3,20 para la compra. La entidad monetaria vendió ayer en el mercado minorista 33 millones de dólares, el doble que el promedio de la última semana. La entidad no informó cuánto vendió en el mayorista, donde llegó a dispararse a niveles superiores que el cambio libre en el minorista. Pero las ventas no fueron suficientes para evitar que el peso continúe depreciándose.
De acuerdo con voceros de la city, la disparada no se debió al deterioro de las reservas o al continuo aplazamiento del acuerdo con el FMI, sino a los rumores de renuncia del presidente del Banco Central, Mario Blejer, que se sumó a la renuncia del jueves de dos directores de la entidad. Siempre en esta lógica, la plaza estuvo compradora desde el arranque, cuando Blejer ya había reconocido sus diferencias con el Ministerio de Economía sobre el nuevo plan para salir del corralito (ver aparte). El dato fue suficiente para que los operadores, arrastrando la inercia de las explicaciones dadas en tiempos del reinado del riesgo país, señalaran que el dólar también aumentaba por el disgusto de los operadores ante la nueva estrategia de liberación de depósitos.