Aníbal Ibarra ayer logró una pequeña pero simbólica victoria. Luego de una breve negociación con el vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada, el jefe de Gabinete porteño Raúl Fernández consiguió asegurarse cierto número de butacas para la primera audiencia del juicio político. El tema de los lugares, espacios y butacas se trasformó en una cuestión de Estado luego de la última audiencia de diciembre en la que los abogados de Ibarra terminaron sin lugar, desplazados a sitios impropios. Tras la reunión de ayer, Raúl Fernández no sólo obtuvo la promesa de que los defensores se sentarán “a la par” y “al mismo nivel” de los fiscales. También logró el acuerdo y compromiso del vicepresidente primero de la Legislatura sobre otros dos aspectos centrales: butacas para funcionarios del gobierno porteño y para los familiares de las víctimas de Cromañón que apoyan a Ibarra. Los familiares tendrán allí una bandeja de las tres previstas para las víctimas de la tragedia.