La agenda internacional del Gobierno mantiene a Chacho Alvarez en un nivel de absoluta hiperactividad. Por eso el titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur se reunió ayer con el presidente Néstor Kirchner para acordar la estrategia a adoptar en una semana crucial.

Se inició anteayer con el triunfo de Michelle Bachelet en Chile, continúa hoy con la visita de Evo Morales al país, se prolonga mañana con una cumbre con Lula y Kirchner en Brasilia, pasado con la incorporación del venezolano Hugo Chávez a esa foto y culmina el domingo con la asunción de Morales como presidente de Bolivia.

En rigor, Chacho estuvo reunido durante un largo rato con Alberto Fernández. El despacho del jefe de Gabinete linda con el de Kirchner y sólo en un tramo de la conversación el Presidente traspasó la puerta para hablar con el representante del Mercosur.

El triunfo de la médica socialista en Chile fue el tema de cabecera, ya que Chacho estuvo en Santiago durante el desarrollo de los comicios de este fin de semana. Pero también se analizó la visita que Morales realizará hoy al país.

Alvarez ya había hecho público lo que, se descuenta, es una expresión de todo el gobierno argentino: el deseo de que Bolivia se incorpore como miembro pleno del Mercosur. “Sería buena”, señaló hace unos días el ex vicepresidente de la Alianza.

Para Chacho, la llegada de Morales al poder significa el fin de un ciclo “neoliberal” que empezó en 1985. “Aunque hay un piso de legitimidad muy fuerte, el gran desafío es enfrentar la construcción de un orden democrático estable”, dijo.

Seguramente, el titular del Mercosur participe de alguna de las reuniones programadas con Evo durante la mañana de hoy y exprese aquello que ofreció al retornar de Bolivia, tras el triunfo del líder del MAS. “Esto abre un capítulo político, económico y social absolutamente diferente para América latina.”