Entre las 10 y las 11 de la mañana del sábado 14 de mayo de 1983, Eduardo Daniel Pereyra Rossi y Osvaldo Cambiasso estaban sentados en el bar Magnum, sobre la calle Córdoba y Ovidio Lagos, de Rosario. Más de diez testimonios permitieron acreditar en la causa el secuestro y la violencia con que los dos fueron retirados del lugar prácticamente a la rastra. Las pericias posteriores permitieron defender la convicción de que se había tratado de dos crímenes, convicción denunciada una y otra vez por familiares y representantes de organismos de derechos humanos. Los documentos desclasificados de la ex Dipba recientemente incorporados a la causa permiten ahora reforzar otras sospechas: que la policía de la provincia de Buenos Aires había comenzado a seguir al menos a uno de los dos jóvenes tres días antes del secuestro.

Eduardo Daniel Pereyra Rossi militaba en la zona sur de la provincia de Buenos Aires en la organización Montoneros. Era de La Plata. Durante la dictadura había partido hacia al exilio en México, pero volvió al país en forma clandestina pocos días antes del secuestro. Cuando lo mataron tenía 33 años. Pocos sabían de su regreso. Osvaldo Cambiasso era un ingeniero químico que había trabajado como profesor en la Facultad de Ingeniería y Química de Santa Fe, era dirigente de la Agrupación Peronista para la Liberación, parte de la corriente Intransigencia y Movilización Peronista. Estuvo detenido entre 1976 y 1982 sin “causa ni proceso” en cárceles de la dictadura. Cuando lo secuestraron, sufría un delicadísimo estado de salud debido a una insuficiencia cardíaca producto de los años de cárcel.

En la síntesis del informe preparada por la Comisión Provincial de la Memoria a pedido de la fiscalía de San Nicolás, los peritos dieron cuenta de los informes contenidos en los legajos de la ex Dipba sobre las actividades de los dos militantes. Allí aparece un pedido que ingresó en el Libro de Entradas de la Dirección de Inteligencia Provincial el 10 de mayo de 1983, tres días antes de los secuestros. La solicitud provenía de la Dirección de ICIA (Contrainteligencia) La Plata y en el asunto decía: “Informe sobre Activista del Movimiento de Intransigencia y Movilización Peronista”. En el mismo libro, pero tres días más tarde, alguien solicitó la ampliación del informe.

Cambiasso militaba en esa organización. A los peritos no les llamó la atención ese punto sino que se haya hecho “cerca de la fecha del secuestro de Osvaldo Cambiasso y Pereyra Rossi, cuando en dicho Libro de Entradas no figura durante todo ese año ningún pedido sobre Intransigencia y Movilización”.

Para los querellantes, este dato podría servir para reforzar ahora la hipótesis de que el encuentro con los policías no fue producto de un enfrentamiento sino de un seguimiento. Los papeles y documentos hallados durante el secuestro y allanamiento a la casa de otro militante de la agrupación en la provincia de Córdoba una semana antes podrían, además, haber servido como disparador para la reactivación de la búsqueda de los dos militantes, tienden a creer ahora los investigadores.