Las Abuelas de Plaza de Mayo denunciaron al mayor médico militar del Ejército Norberto Atilio Bianco por su responsabilidad en el secuestro de hijos de desaparecidos que desaparecieron en el centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo. El represor ya fue condenado por la retención y el ocultamiento de dos niños que había anotado como propios. Ahora, la agrupación que preside Estela Carlotto reclamó que sea imputado por, al menos, 35 casos de robo de bebés.

El escrito que Abuelas presentó ayer en la causa en la que se investigan los crímenes cometidos en el centro que funcionó en Campo de Mayo se basa en cerca de cuarenta testimonios que figuran en el expediente en el que Bianco fue condenado y en la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep).

Esos relatos revelan que las mujeres embarazadas que estaban secuestradas en Campo de Mayo daban a luz en el sector de Epidemiología del Hospital Militar de ese cuartel y que los niños les eran quitados inmediatamente. Bianco era una de las pocas personas que tenía acceso al lugar en que se encontraban las detenidas y junto a Julio César Caserotto –otro médico militar ya fallecido– daba las órdenes sobre el modo de realizar los partos. Los testimonios señalan a Bianco, que se desempeñaba como traumatólogo, como el encargado de llevar a las embarazadas a parir al hospital y de retirar a los niños recién nacidos.

Las Abuelas informaron que esperan “que el juzgado lo cite rápidamente a declarar como imputado”, aunque es posible que esté en Paraguay. En ese caso sería necesario realizar un proceso de extradición. Bianco y su mujer, Susana Werly, se escaparon a Paraguay para evitar que los dos niños que se habían apropiado y que llamaron Carolina y Pablo fueran analizados en el Banco Nacional de Datos Genéticos. Finalmente, ambos fueron condenados pero los chicos, hoy jóvenes, todavía se resisten a someterse al estudio de ADN.