“Ahora podremos discutir entre el proyecto que representa los ’90 y que sumergió a la gente en la pobreza y desigualdad con el que iniciamos en 2003 de crecimiento y desarrollo.” Con esa frase, el ministro de Educación, Daniel Filmus, recibió el lanzamiento formal de Mauricio Macri como candidato a jefe de Gobierno porteño y representó la única voz oficial que se escuchó desde la Casa Rosada.

Filmus no hizo otra cosa que poner en evidencia la estrategia oficial de nacionalizar la campaña y el propósito de emparentar a Macri con la década menemista. No fue ésa, de todos modos, una exclusividad del candidato kirchnerista. Voceros de la Casa Rosada buscaron poner en términos de igualdad la escenificación de Macri en Villa Lugano con la que hizo años atrás Menem en Salta, durante un acto en el que habló “junto a niños pobres” de una Argentina “pujante” con naves espaciales que salen de “la atmósfera y se remontan a la estratosfera”.

“Macri promete un mundo de rosas cuando los diarios de los últimos días mostraron que es el de menor compromiso y trabajo en la Cámara de Diputados, en donde prácticamente no presentó proyectos y, encima, se quedó dormido”, relató una conspicua fuente oficial. Cuando se le recordó los éxitos deportivos de Boca, el club del cual es presidente, el vocero oficial señaló que “administró bien el fútbol para negocios personales, no para la gente”.

El propio Filmus hizo una observación sobre el escenario, al considerar que ese basural es producto de las políticas neoliberales del menemismo que el propio Macri respaldó en su momento. El ministro, quien ayer incorporó a su equipo de campaña a Leonardo Boto y Alejandro Gual –dos hombres del secretario de Turismo, Enrique Meyer–, también batalló con la escenificación del líder del Pro, quien durante la exposición paró a su lado a una chica del lugar. “Como educador y como interesado en los niños, realmente ese me chocó. No se puede hacer esa exposición pública de los menores. Me preocupa, no hace falta hacer un exposición de una chica que no sabemos por qué condiciones atraviesa. Me chocó”, dijo.

Hombres ligados a la campaña del ministro también ironizaron sobre aspectos del discurso de Macri, sobre todo cuando remarcó, con montañas de basura como telón de fondo, que “no todos los vecinos viven como en Callao y Alvear”. Según los hombres K, el líder del Pro es la persona “menos indicada” para señalar ese contraste, ya que, al entender de esos voceros, Macri “nunca se preocupó por los pobres”.

Nadie públicamente hizo referencia a la ironía de Macri sobre los pingüinos. “No sabemos si Kirchner va a contestar puntualmente sobe eso, pero que le cayó mal, no tengan dudas”, dijo un vocero K sobre la alu-sión a que en el film Happy

Feet todos los pingüinos están de buen ánimo mientras que “a nosotros nos tocó un pingüino malhumorado”.

Esas palabras de Macri parecieron ser una respuesta a las acusaciones de Kirchner por una supuesta “falta de coraje” para competir por la presidencia. “Un hombre de la derecha farandulística –dijo K– que decía: ‘Estoy estudiando, estoy estudiando, estoy estudiando para presidente’: me parece que no le fue bien con el estudio... y se fue a marzo”, señaló la última semana. En la Rosada aseguraron que ni Kirchner ni Filmus observaron en vivo el lanzamiento de Macri, ya que se encontraban reunidos en la Casa Rosada en un encuentro donde la empresa Turner Broadcasting System habría comprometido inversiones en el país. No obstante ello, poco después el ministro se prestó al diálogo con periodistas para salir a cruzar a su oponente en el distrito.