Miércoles, 30 de mayo de 2007 | Hoy
El subte fue interrumpido por un accidente. Los pasajeros rompieron los vidrios de un tren y provocaron varios principios de incendio en los vagones.
Los pasajeros que todas las mañanas bajan por centenares hacia el andén del subte en Constitución se encontraron ayer con una mala noticia. “Línea C: servicio interrumpido”, rezaban los carteles informativos. Lejos de resignarse y volver a la superficie en busca de un colectivo, se enfurecieron, comenzaron incendios en dos vagones y rompieron los vidrios de varias ventanillas. Ocurrió cerca de las 8, luego de un lapso de una hora con las formaciones estacionadas, fuera de funcionamiento, como consecuencia de un accidente en la estación Lavalle.
La interrupción del servicio de la línea C comenzó, según informó Metrovías, a las 6.56, como consecuencia de un accidente en el que un tren de ese ramal arrolló en la estación Lavalle a un joven, que resultó gravemente herido. A raíz de ese episodio, la Justicia ordenó que los subtes dejaran de funcionar, para realizar los peritajes en el lugar.
Como se trata de una hora pico de afluencia de usuarios, el andén central de Constitución se llenó rápidamente con la gente que habitualmente toma el subte para llegar a su trabajo. Normalmente, en esta estación confluyen los pasajeros que llegan a la Capital provenientes del sur del Gran Buenos Aires en los ramales del ex ferrocarril Roca, y ayer no fue la excepción.
Tras una hora de espera sin información sobre hasta qué momento se extendería la interrupción, a varios grupos de usuarios se les agotó la paciencia. Primero, algunos de ellos comenzaron un incendio con papeles y trapos en el primer vagón de una formación. Luego, otros imitaron la acción en el tercer coche, mientras un tercer grupo rompía los vidrios de diversas ventanillas.
Lucila Maldonado, vocera de Metrovías, aseguró a este diario que “la interrupción del servicio fue informada al público usuario mediante tres mecanismos: los carteles electrónicos ubicados en las bocas de entrada a la estación, el circuito cerrado de TV –en el que mientras hay una suspensión todos los televisores muestran un cartel que ocupa toda la pantalla– y los altoparlantes de todas las estaciones”.
A diferencia de otras oportunidades, en las que ante un accidente o problemas técnicos se brinda un servicio reducido al menos en los sectores no afectados, esta vez la suspensión alcanzó al ramal en toda su extensión. Consultada al respecto, Maldonado señaló que “en la línea C es más difícil hacer uso de ese recurso, porque es más corta que las otras y tiene distintas especificaciones técnicas”.
El estallido de furia de la gente se extendió por varios minutos, hasta que llegó al lugar un grupo de policías y los ánimos comenzaron a calmarse. De todas maneras, no se produjeron detenciones y los focos de fuego fueron sofocados por los empleados de seguridad de la compañía mediante el uso de los matafuegos de las unidades, por lo que cuando una dotación de bomberos llegó al lugar ya no tuvo trabajo que realizar.
La tensión se terminó de disipar cuando a las 8.24 los subtes comenzaron a circular de nuevo y poco a poco se normalizó el servicio. Maldonado adjudicó los incidentes al “descontento de la gente porque no había servicio” y de esa forma descartó algún tipo de intencionalidad. Además, señaló que “el subte no es ajeno a manifestaciones como las que se produjeron en los últimos tiempos en otros transportes”.
El hombre que sufrió el accidente que determinó la suspensión del servicio fue rescatado con vida, aunque con graves heridas. Tras recibir asistencia en el lugar fue trasladado al hospital Argerich, mientras los peritos intentaban determinar la causa de su caída a las vías. Las primeras hipótesis apuntan a un intento de suicidio.
Estos incidentes se produjeron una semana después de los destrozos realizados por pasajeros del ex ferrocarril Roca en la estación de trenes Constitución. En aquella ocasión, la furia se había desatado por la interrupción de todos los ramales de ese servicio en el horario pico de la tarde, cuando cientos de personas toman el tren para volver a sus hogares, y la negativa de la empresa a dar explicaciones por la situación.
Más de mil pasajeros protestaron y varios de ellos rompieron anoche los vidrios de la oficina de informes de la línea Mitre, en la estación Retiro, al retrasarse durante una hora la partida de trenes por una falla técnica. Los disturbios comenzaron cuando varios centenares de personas que esperaban desde pasadas las 19 que salieran las formaciones de los tres ramales de la línea Mitre comenzaron a increpar a los empleados de la oficina de informes. Los más exaltados lograron entrar a la oficina y rompieron algunos vidrios, pero a las 20.14, luego de más de una hora de espera y cuando la situación se volvía más tensa, la empresa Trenes de Buenos Aires anunció por altoparlantes que comenzarían a salir las formaciones.
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