Los trabajadores del subterráneo volverán hoy a realizar una protesta con levantamiento de molinetes durante las horas pico, esta vez en la línea B, que une Leandro N. Alem y Avenida de Los Incas. La medida se llevará a cabo de 7 y a 10 y de 17 a 20. Se repetirá el viernes, en la línea D. La Secretaría de Transportes criticó el anuncio e informó que tomará medidas para garantizar “el normal funcionamiento del servicio”. El delegado Néstor Segovia señaló que los trabajadores mantienen “la decisión de no ir al paro para no molestar a los usuarios”.

La decisión de volver a liberar los molinetes fue adoptada poco después de que los pasajeros protagonizaran incidentes por las demoras en la línea C, originadas en un supuesto intento de suicidio (ver aparte).

La Secretaría de Transporte informó que instruyó a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte y a Metrovías para que tome “las correspondientes medidas que garanticen un normal funcionamiento de los subtes”.

El organismo de gobierno consideró que el levantamiento de los molinetes “resulta perjudicial para la normal prestación de los servicios, por lo que esta Secretaría hará responsables a los delegados por las consecuencias tanto físicas que pudieran sufrir los usuarios, como materiales y económicas que pudieran afectar a la empresa”.

El cuerpo de delegados considera insuficiente el acuerdo salarial que firmaron la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y Metrovías y reclama que se reabran las negociaciones.

El aumento otorgado alcanza, según Metrovías, el 20 por ciento. Los trabajadores sostienen que la mejora no es tan alta porque computa “el blanqueo de sumas que ya percibíamos en negro”, señaló el delegado Rodrigo Borda. Piden la recuperación del pago del 2 por ciento por antigüedad (hoy cobran el uno por ciento) y una mejora superior en sus ingresos.

Los sueldos de la actividad están entre los más altos del sector servicios, pero la empresa, argumentan, ha tenido fuertes ganancias y recibe 200 millones anuales de subsidios.