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Menem, nada que hacer
Por Aldo San Pedro *
Menem, nada que hacer
Resulta verdaderamente patético recibir, desde atrás de la cordillera de los Andes o desde las calientes playas mexicanas, las díscolas opiniones del ex presidente Carlos Menem sobre la marcha de la economía argentina que él se empeñó en deshacer durante diez años, en una perversa continuidad de aquel programa destructivo del capital nacional que inició el inolvidable José Alfredo Martínez de Hoz.
Algo debe estar empezando a funcionar en nuestro país para que el máximo responsable del funesto modelo de la convertibilidad, del que se nutrieron los principales capitales extranjeros durante una década y nosotros estemos como estamos, tome la iniciativa de criticar. Y comenzó por alertar sobre la peligrosa situación del sistema financiero, lo que deja al descubierto cuáles son sus preocupaciones prioritarias.
Menem no sólo declama pálidas desde otro país, pareciera que ha perdido la memoria y ya no recuerda que con su primera medida económica, apenas asumió el 8 de julio de 1989, mandó los salarios al subsuelo, devaluándolos a la mitad de su valor ante la desesperación de millones de argentinos. Y entonces él asumía como representante del Partido Justicialista. Qué va a contestar ahora: ¿que fue por la herencia recibida y el justicialismo se vio en la obligación de devaluar los salarios?
Los argentinos merecemos que, alguna vez, empiece a sonar el escarmiento sobre los verdaderos responsables de la debacle económica nacional y se encarcele en la misma celda a los miembros de las juntas militares, a Martínez de Hoz, a Menem, Domingo Cavallo y Fernando de la Rúa. A todos por entregadores, y al último por inepto.
La Argentina debe ser reivindicada judicialmente por los reiterados daños ocasionados en su economía por presuntos genios que –además de ensayar fórmulas y modelos inviables con el patrimonio nacional– de lo que saben ciertamente es de concretar negocios suculentos en beneficio personal y de poderosos sectores inidentificables.
Si hemos llegado a la caótica situación actual, es porque ha sobrado traición a la patria por parte de esos actores políticos, premiados con el privilegio de definir los destinos de la nación desde los máximos lugares de poder. Hoy no pueden menos que callar, salvo Menem, dispuesto como está a no perder la atención de la opinión pública sobre su desubicado egocentrismo.
* Diputado bonaerense y titular de “La Corriente” en la provincia de Buenos Aires. Ex presidente de la Cámara de Diputados de la provincia.