En la cena de gala de anoche donde recibieron a las comitivas que participarán de la ceremonia de traspaso de mando, Néstor y Cristina Kirchner coincidieron en desear la pronta liberación de Ingrid Betancourt, la ex candidata presidencial colombiana que se encuentra en manos de la guerrilla de las FARC. El discurso de Kirchner, el último como jefe de Estado, fue breve y tuvo tono de agradecimiento “a todo el pueblo argentino, a los que piensan como yo y a los que no piensan como yo”. En sus palabras previas al mensaje de asunción de hoy ante la Asamblea Legislativa en el Congreso, Cristina Fernández puso el eje en los derechos humanos “de primera y de segunda generación”.

Los Kirchner tienen puesta una ficha en la posibilidad de que entre hoy y mañana en Buenos Aires puedan reencaminarse las negociaciones tendientes a la liberación de Betancourt. Ayer, el canciller Jorge Taiana recibió a Yolanda Pulecio, la madre de Ingrid, invitada especial de Cristina Fernández a la ceremonia (ver página 7).

“Hubo un saludo que me emocionó especialmente, es una madre que está sufriendo”, la presentó anoche Kirchner en su breve mensaje de despedida. “Dios quiera que pronto se pueda solucionar”, deseó sobre la cuestión de los rehenes. Y alzó su copa para un brindis “por un mundo donde el amor y no las guerras dominen el escenario”.

Cristina Fernández comenzó bromeando sobre la “estrategia argentina para ahorrar gastos”, ya que en vez de hacer una cena con el presidente que se va y otra con el que llega, el matrimonio resolvió todo en la misma. “Así ayudamos al famoso superávit fiscal”, siguió.

En tiempo record, la Presidenta había cambiado su look. Del trajecito satinado de la ceremonia en la Casa Rosada había cambiado a un vestido negro y pelo recogido para la cena en el Palacio San Martín. Kirchner, Cristina, el todavía vicepresidente Daniel Scioli y su esposa Karina Rabolini, y el canciller Taiana saludaron a todos los asistentes antes de ingresar al recinto. Luego de dos años de refacciones, el Palacio San Martín fue reinaugurado a pleno para la cena de anoche, luciendo como en sus mejores épocas.

“Que los derechos humanos sean el signo del siglo que comienza”, propuso Cristina Fernández, luego de repasar los hechos del siglo XX “donde los derechos humanos fueron maltratados”.

El traspaso

Hoy a las 15, Cristina Fernández asumirá la presidencia ante la Asamblea Legislativa, en el Congreso. De la ceremonia participarán también los presidentes que viajaron para la ocasión –habrá gran presencia de latinoamericanos– y los invitados especiales. Luego de recibir la banda y el bastón, la Presidenta dará un discurso que se estima durará entre cuarenta y cincuenta minutos. Al mensaje seguirá el tradicional saludo. Cristina Kirchner pasará al salón contiguo donde recibirá el apretón de manos de los presidentes extranjeros y jefes de las delegaciones participantes.

Desde el Congreso saldrá en auto –desde las épocas de De la Rúa que ese trayecto ya no se hace con vehículo descubierto– hacia la Casa Rosada. El kirchnerismo se ha movido para que haya un adecuado marco de simpatizantes en los alrededores. Además, en la administración pública y en bancos habrá asueto a partir de las 12. Una medida también pensada para facilitar la participación en los actos.

Ya en la Casa Rosada, Cristina Fernández les tomará juramento a sus ministros. Casi al mismo tiempo, comenzará en el escenario montado frente a la Plaza de Mayo el llamado Festival de la Democracia, en el que números musicales animarán a la gente que concurra a celebrar. Habrá varios artistas, el cierre será con Mercedes Sosa. Si no hay imprevistos, se espera que la Presidenta pase por el escenario a saludar al público. En cambio, no había planes para que lo hiciera desde el histórico balcón de la Casa de Gobierno, aunque tampoco se podía descartar.

Poco después de la ceremonia en el Salón Blanco, estaba previsto que la Presidenta arrancara con la actividad oficial. A las 19.30 tiene prevista su primera reunión con el primer ministro de Francia, François Fillon. El principal tema que tocarán será justamente el de las negociaciones para la liberación de Betancourt y el pedido enviado por el presidente francés Nicolas Sarkozy para que el gobierno argentino tome cartas en el asunto.