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Dos análisis sobre la crisis de seguridad

Juan Pegoraro *.
Problema social y no penal

“Toda movilización de la sociedad civil contra la violencia y contra el discurso de la mano dura es muy positiva. Principalmente si enfrenta el discurso de la mano dura oficial, aquel que busca hacer blanco en los débiles. Y entiendo por débiles no sólo a los excluidos y degradados por el modelo sino también a aquellos que caen en la delincuencia, que nada tienen que ver con los verdaderos delincuentes que vaciaron el país y se apoderaron del Estado: los autores de gigantescos fraudes financieros, privatizaciones polémicas, etc. También es muy importante el reclamo contra la violencia en todos sus términos si entendemos que la problemática es social y no penal, que el de la delincuencia es un fenómeno social que no se puede resolver penalmente. No es que uno se oponga tercamente a una solución de este tipo sino que el proceso de desindustrialización que sufrió el país no se resuelve con más presos sino con gestiones estatales responsables que lleven adelante políticas económicas asistenciales, redistributivas y de protección de las fuentes de trabajo. Es claro: lo que produjo este presente es un modelo de sociedad basado en la exclusión que derivó en un desgarramiento social profundizado además por la falta de ejemplos de los de arriba, de la dirigencia política; por ejemplo, de los senadores que cajonean la eliminación de las jubilaciones de privilegio. Finalmente, otra dimensión que se le debe dar al reclamo es que sea dirigido hacia el Estado y sus responsables. Que no sea un mensaje en abstracto por la paz y contra la violencia sino que se le dé un contenido político: el de la exigencia al Estado argentino para que proteja a quienes realmente sufren la escalada de violencia y revierta el proceso de degradación y exclusión social que vivimos.”
Sociólogo. Especialista en Delito.

Beatriz Sarlo.
Hacerse cargo

“Creo que este acto tiene dos cualidades: la primera, sensatez, porque reconoce que la cuestión de la seguridad no puede ser abordada desde una perspectiva revanchista o que pase por alto las garantías en juicio, las garantías legales. En segundo lugar, es un acto que tiene la cualidad de la solidaridad movilizada, rasgo que me parece fundamental porque la cuestión de la seguridad es hoy una cuestión social en la Argentina.
Hay sectores de la sociedad que son los más castigados. Aquellos entre los que están las víctimas tanto de la policía como de los delincuentes, quienes están en las peores condiciones precisamente por lo que padecen. Hay que pensar soluciones que sean posibles, jurídicas y eficaces. Quiero decir que la cuestión de la seguridad es también una cuestión central para la democracia. Que es necesario que la sociedad pueda defenderse sin que los héroes de su defensa sean Patti o Rico.
Por eso, el pensamiento democrático y de izquierda tiene que hacerse cargo de la cuestión de la seguridad para reparar sus causas pero también para intervenir con ideas y propuestas urgentemente en el presente.”
Ensayista.

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