ESPECIALES › POR QUE IRENE KHAN
Una vida por los derechos humanos
Por S. A.
En agosto fue elegida para el cargo, nunca antes desempeñado por una mujer. Que sea musulmana y natural de Bangladesh (es decir, asiática) son características que también se estrenan en el liderazgo de Amnistía Internacional. Todo lo que puede reseñarse de la biografía de Irene Khan la convierte en una de las personas más idóneas que podían encontrarse en el planeta para defender los derechos humanos desde la más importante institución dedicada a ese objetivo. Khan lleva toda la vida dedicada a ese fin, desde que se especializó en derechos humanos en Manchester. Enseguida entró en la ONU, en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), donde ha trabajado en distintos cargos, incluido el de alta comisionada, durante 21 años. Y como tiene 44, es evidente que no ha hecho otra cosa en su vida que trabajar por mejorar la vida de los refugiados en medio de las guerras. Ejerciendo esa labor, ha recorrido una buena parte de los puntos de conflicto que se iban incendiando en el mundo en los últimos años. Ha visto de cerca los efectos de la guerra de Kosovo, en Ruanda, en Afganistán; ha cumplido misiones en Macedonia, en Pakistán...
Está de vuelta de cómo es el mundo, pero habla de ello con una hermosa voz y sin agresividad. Con la voz que corresponde a su físico menudo y a los rasgos delicados de un rostro de piel dorada.