ESPECTáCULOS › CARRERA Y LAS REACCIONES EN SU PAIS
“No imaginaba algo así”
“Yo intuía que este proyecto iba a generar protestas en un sector muy conservador de la sociedad mexicana, pero nunca me imaginé que obispos, políticos e incluso algunos miembros del gobierno (del presidente de México, Vicente) Fox se manifestaran tan en contra de la película, porque toca realidades muy sabidas y porque tratar de prohibirla iba a traer costos políticos muy grandes”, dijo Carrera ayer en San Sebastián, tras la presentación de El crimen del padre Amaro. El realizador de La mujer de Benjamín y Sin remitente aseguró que cuando el productor Alfredo Ripstein (financista de los trabajos en México de Luis Buñuel y padre del realizador Arturo Ripstein) le encargó el proyecto, le gustó la idea de que se contextualizara en el México actual la novela del portugués Eça de Queiroz. “La película no fue hecha para provocar. Habla de una historia de amor fallida y para que funcionara en México como contexto pusimos aspectos de la realidad mexicana”, dijo Carrera. “Creo que la Iglesia Católica pensó que podía tener más injerencia en la vida política de México. Podía meterse en educación, en contenidos de medios de comunicación, tener una participación más activa de la que le corresponde desde el plano espiritual y religioso.” El director señaló que “por un lado vimos un México que pensábamos que ya no existía, un México muy conservador, oscurantista. Afloró ese México que pensábamos que no tenía participación en la vida nacional y, por otro lado, surgió la otra reacción, la de una sociedad madura, con criterio, que fue al cine”.