ECONOMíA
Economía pide congelar, las petroleras ni se calientan
La propuesta de un acuerdo de precios hasta fin de año ya le fue anticipada a las petroleras, que no mostraron interés. Esperan el ofrecimiento de algún tipo de compensación, como la liberación del gas en boca de pozo. Hoy, primera reunión formal.
Por Raúl Dellatorre
El primer round será de estudio. La conducción económica le planteará hoy a la industria petrolera la necesidad de alcanzar un acuerdo que congele el precio de los combustibles hasta fin de año. Los popes empresarios ya anticiparon su rechazo a la propuesta y no ocultan que prefieren seguir en el régimen actual de absoluta libertad, pese a que cada aumento les signifique fuertes recortes en el volumen de ventas en surtidor. Sin embargo, tanto el Gobierno como los petroleros esperan algo más de esta primera charla: se descuenta que la negociación incluirá otras cuestiones que hoy mismo se volcarán en la mesa. La carga impositiva en los combustibles y el congelamiento del precio del gas en boca de pozo (que pagan distribuidoras y grandes usuarios industriales) podrían ser algunas de ellas.
La refinación aprovechó a pleno su condición de mercado desregulado desde la devaluación. El precio del gas oil y las naftas subieron prácticamente al doble desde principios de año, no obstante que ya venían en una escalada previa “justificada” por la suba del precio internacional del petróleo. El mercado de consumo mostró una alta elasticidad a los precios, que se reflejó en una fuerte caída en las ventas. Para las petroleras integradas, ello no fue obstáculo para mantener altas tasas de rentabilidad, ya que simultáneamente a la menor refinación fueron disponiendo de mayores volúmenes de crudo para exportar, en dólares y de libre utilización (sin obligación de ingreso al país) en un 70 por ciento.
Devoto anticipó en parte el planteo que hará hoy a los empresarios durante el almuerzo al que fue invitado en el Club del Petróleo. “Es uno de los pocos sectores en los que se respetaron en gran medida las reglas de juego y los precios de los combustible pudieron subir hasta acercarse a la paridad de exportación (el precio que reciben los exportadores, neto de retenciones y fletes); todos los sectores debemos hacernos cargo solidariamente de la crisis y hay preocupación en el Gobierno por (el aumento constante de) los precios de los combustibles (...). No estamos pensando en imponer medidas, pero sería un buen aporte, por lo que resta del año, un acuerdo de precios que garantice una estabilidad temporal. Estamos en condiciones de pedirlo”, planteó.
Más allá de las diferencias internas –o jugando con éstas a su favor–, la industria petrolera está hoy muy lejos de ceder al pedido de congelamiento temporal de precios. Las empresas integradas –que extraen petróleo y refinan, como YPF y Eg3– ganan en una franja lo que pierden en otra, cuando suben los precios pero baja el consumo interno de combustibles. Por lo tanto, su interés en sacrificar ganancias para recuperar el mercado local es nulo. Las que refinan petróleo de terceros –Shell y Esso– tienen como costo un crudo dolarizado, por lo que cabe esperar un rechazo tajante a cualquier acuerdo. De más está decir que los productores que exportan o venden todo el crudo que extraen –Pan American o Pioneer, por ejemplo– no se considerarán alcanzados por ningún acuerdo de precios. Siendo así, todos los caminos a un congelamiento temporario de precios estarían clausurados, salvo que haya compensaciones por otro lado. De esto, precisamente, tratará el segundo round.
A un sector particularmente privilegiado como el petrolero –sin regulaciones, con una alta renta en dólares asegurada– no es fácil cambiarle de un día a otro las conductas monopólicas. Las empresas sólo estarán expectantes de lo que les pueda ofrecer el Gobierno en materia de compensaciones impositivas o, fundamentalmente, liberación del precio del gas en boca de pozo a cambio de un acuerdo. En este último aspecto, Economía guarda una carta en la manga: ofrecerá liberar gradualmente los contratos de venta de gas, empezando por el que compran los exportadores. Son, apenas, los primeros tanteos.