ESPECTáCULOS
“Hoy estoy cumpliendo el sueño de triunfar haciendo lo que más amo”
El payaso Piñón Fijo, pasión de multitudes en Córdoba, arranca el lunes con un programa en Canal 13.
Por Mariano Blejman
Hay políticos que, cuando hablan en la tele, parecen payasos. Hay jugadores de fútbol medio payasos. Existen mediáticos que payasean todo el tiempo en pantalla y jueces que parecen tener la cara pintada cuando dan sus propios veredictos. Esta vez, por fin, la televisión tendrá su propio payaso en cámara que hará justamente de eso: el cordobés Piñón Fijo (Fabián Gómez), estrenará por el 13 –desde el lunes de 11.30 a 12– un programa llamado “Piñón Fijo es mi nombre”. El payaso cordobés creció como un artista callejero al quedar desempleado allá por el ‘89. Ahora, está a punto de convertirse en mito nacional. “Trataré de cumplir la función que me toca: la de aprender de los chicos. Tengo la posibilidad de llegar a quienes visité en todo el país, con sólo encender el control remoto”, se entusiasma Piñón Fijo en la entrevista con Página/12.
Piñón Fijo comenzó paseando la gorra en parques de su provincia. Se pintó la cara con la esperanza de hacer reír a más de un niño por teatros, clubes e infaltables cumpleaños. Su fama fue creciendo minuto a minuto: sus presentaciones juntaban no menos de 4000 personas por vez, hasta que el payaso se cruzó con una productora cordobesa que lo contrató para hacer un programa de TV llamado “El Lagarto Show”. Allí fue donde se hizo verdaderamente popular. Ahora, en su segundo intento –que esta vez puede repercutir para todo el país–, el programa tendrá segmentos de juegos, canciones, malabares, magia, gags y algunos concursos. Además, tendrá un segmento llamado “Mi papá es...” donde los chicos contarán lo que hacen sus padres, y habrá tres juegos llamados “El cubo”, “Los sentidos” y “Los pies” que estarán acompañados por los títeres Kenchu, Zacarías y Cabrito. “El show tratará de traducir televisivamente en una vidriera muy grandota, la complicidad y el cariño de los chicos”, explica Piñón Fijo, que aprovecha la charla para invitar a los niños a participar del programa.
Así como lo ven, en agosto del año pasado Piñón Fijo llegó a meter 45 mil espectadores en el estadio Chateau Carreras de Córdoba y otras tantas en el anfiteatro de Jesús María. Para entonces, el fenómeno se había consolidado gracias al “descubrimiento” de la discográfica BMG, que llegó a decir de él, sin exagerar, que “no había niño en Córdoba” que no lo conociera. Como músico editó tres discos: Con aire de las sierras, Con las alitas arriba y Por los chicos vivo, que presentó hace poco en La Trastienda, en su primer contacto con el público porteño.
Piñón Fijo confesó hace poco a Página/12 que antes de ser payaso había hecho “de todo en la vida” y que prefería invertir 14 horas por día en hacer reír a la gente, que trabajar en algo fuera de su gusto. Fue en 1989 que se compró una bicicleta y salió a mostrar sus ideales sobre ruedas, sabiendo que no había camino de retorno. “El origen del apodo está relacionado con mi bicicleta, pero además me interesa el doble sentido que tiene que ver con ir desenfrenadamente hacia adelante”, detalla. Si bien de chico dice haber disfrutado mucho de Pepe Biondi, Miliki, Carlitos Balá y Pipo Pescador, en la tele se siente más cerca del Julián Weich de “El agujerito sin fin”, el Manuel Wirtz de “No te quedes afuera”, o el Esteban Morgado de Cablín.
El fenómeno de Piñón Fijo tiene a la Mona Giménez como parangón en el mundo de la música: logró hacerse popular en esa provincia mediterránea encerrada en sí misma. No necesitó llegar a Buenos Aires para que lo vayan a buscar y, ahora, entre magia, malabarismo y titiriteos, extenderá sus ilusiones hacia el público nacional. Piñón Fijo está grabando una vez por semana, desde hace al menos un mes. Dice que está tomando carrera. Viene a mostrar sus “gracias” a los estudios de Constitución. Cuando le preguntan por qué cree que sucedió su fenómeno, el payaso concede sin perder la risa: “Creo que se sienten cómplices de mi espontaneidad y mi historia. Me siento cumpliendo el sueño de triunfar haciendo lo quemás amo. Sigo manteniendo el espíritu de fogón en el que todo el mundo disfruta de lo que sabe hacer el otro”.