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De cabellera rubia y sonrisa endemoniada, Pierre Richard es reconocido en cualquier rincón del planeta por sus numerosos papeles en películas cómicas. Si bien sobre el final de su carrera ha protagonizado películas dramáticas como Viejo Canalla, Las mil recetas de un cocinero enamorado o Mangeclous, Richard dejó su sello por el personaje que supo construir a lo largo de sus cuarenta años de profesión: aquel individuo torpe e ingenuo que hacía de la distracción una forma de vida y al que todo le salía mal. Desde su primera incursión en El distraído, el cómico francés nunca pudo sacarse de encima el personaje que ha hecho reír a millones de espectadores. Para los que desean revivir las mejores escenas que protagonizó, y también para los jóvenes que nunca lo vieron, Films & Arts comenzará a emitir esta noche un ciclo dedicado al actor, guionista y director de cine. La programación especial está integrada por cuatro de los films cómicos más recordados, que podrán verse todos los lunes del mes, desde las 22.
Alto, rubio y con un zapato negro (1972) abrirá esta noche la serie. Dirigida por Yves Robert, el comediante desparrama en una de sus primeras películas todo su histrionismo, acompañado por las actuaciones de Bernard Blier y Mirelle Darc. En el film, Richard interpreta a un mediocre músico un tanto distraído y tonto, que vive como cualquier otro ciudadano. Pero su vida dará un brusco giro cuando un grupo de agentes secretos lo confundan con un famoso espía de la agencia de inteligencia rival. Los agentes intentarán descubrir a toda costa qué información esconde el supuesto espía que, ajeno a la confusión de la que es víctima, logra burlarlos siempre con una efectiva fórmula: ser tal cual es. O sea: un muchacho tosco, desatento, que circula por la vida sin ningún rumbo fijo, como si nada.
El próximo lunes será el turno de El regreso del alto rubio (1974), secuela de la obra más famosa del actor. En esta segunda parte –que aun siendo una película con mucho humor, no alcanza el nivel de la primera–, el elenco se reúne nuevamente con todo su arsenal de gags, situaciones increíbles y personajes estúpidos. Aquí, el jefe de la organización de inteligencia da la orden de matar al violinista. Pero, lógicamente, el músico vuelve a esquivar los ataques una y otra vez, sin siquiera darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor.
El escape se proyectará el lunes 18. Rodada en 1980 por Gérard Oury, se desarrolla durante los encendidos tiempos del Mayo francés. Aquí, el cómico hace las veces de Jean–Philippe Duroc, un abogado idealista que se enfrenta a lo que a simple vista parece un caso fácil. Sin embargo, su mala defensa lleva a que Paul Gaulard sea condenado a 10 años de prisión, a pesar de que es inocente de todos los cargos que se le imputan. En prisión, Gaulard aprovecha una revuelta en la cárcel para escaparse, secuestrando a su abogado con él. Como la policía cree que ambos son cómplices, comienza una larga persecución por todo el país. Durante la odisea, los hombres entablarán una fuerte amistad, llena de locuras y torpezas.
Por último, el lunes 25 finalizará el especial con La maldición del paraguas (1980). Gregoire Lecomte (Richard) es un muchacho que cree que nació para la actuación, a pesar de las escasas aptitudes que posee en ese rubro. Después de pasar algunos años de fracaso en fracaso, a la espera de un gran papel, Gregoire consigue una entrevista con un famoso productor, para interpretar a un despiadado asesino. Pero el actor se equivoca de puerta y se introduce en la “cueva” de un mafioso que lo confunde con un asesino profesional. El mafioso le ofrece un jugoso contrato para realizar un “trabajito”. La víctima será un millonario, al que deberá matar en una lujosa fiesta con... ¡un paraguas!. Obviamente, Gregoire no sabe que lo que él cree ficción es la más pura realidad.