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Página/12
en Alemania

Por Luciano Monteagudo
Desde Berlín

La Berlinale cambió de director, pero no de tamaño. Tras 22 años ininterrumpidos de reinado del polémico Moritz de Hadeln, la nueva edición del Festival Internacional de Cine de Berlín ostenta ahora un nuevo líder, Dieter Kosslik, pero las dimensiones colosales de la muestra siguen siendo las mismas. O aún mayores. Casi quinientos films se exhibirán en Berlín entre hoy y el domingo 17, distribuidos en las distintas secciones del festival, que incluyen la competencia oficial, el Panorama, el Forum del Cine Joven, las retrospectivas, el Kinderfilmfest (que este año cumple un cuarto de siglo dedicado a los niños) y el mercado europeo, que reúne a compradores y distribuidores de todo el mundo. La misión de Kosslick (un hombre proveniente del seno de la industria del cine alemán) es la misma que animó desde siempre a los organizadores de la Berlinale: convertirse en la apertura oficial de la temporada cinematográfica y en uno de los puntos axiales del calendario internacional, junto con las muestras de Cannes (en mayo) y Venecia (en agosto).
A simple vista, no parece haber cambios demasiado profundos en la estructura y los criterios de programación de Berlín, salvo en el punto que le costó la cabeza al director anterior: la presencia excesiva de superproducciones estadounidenses en el concurso oficial. Este año habrá solamente tres films de ese país entre los 23 en competencia, sólo dos provienen de Hollywood y apenas uno de los directores es de origen norteamericano: Wes Anderson, que presenta su comedia Los excéntricos Tenembaum, con un elenco encabezado por Gene Hackman, Anjelica Huston, Ben Stiller y Gwyneth Paltrow, que también llegarán a Berlín para apoyar el lanzamiento del film. El sueco Lasse Hallström (un viejo abonado al festival) estará con The shipping news, protagonizada por Cate Blanchett, Kevin Spacey, Judi Dench y Julianne Moore, mientras que el suizo Marc Foster estrenará Monster’s ball, con Billy Bob Thornton.
El grueso del programa oficial estará dedicado al cine europeo, empezando por el dueño de casa, que hoy inaugura la competencia con Heaven, la nueva película del alemán Tom Tykwer (Corre Lola, corre), basada en un guión inédito del desaparecido cineasta polaco Krzysztof Kieslowski. Como para probar su capacidad de producción, los alemanes tendrán una presencia llamativa en el certamen, con otros tres films: Halbe Treppe, de Andreas Dresen; Der Felsen, de Dominik Graf y Baader de Christopher Roth, sobre los entretelones de la vida del terrorista Andreas Baader. La apuesta de Kosslick por el cine alemán se completa con la creación de dos secciones paralelas dedicadas íntegramente a los films locales, como una forma de promoverlos entre periodistas (más de tres mil), distribuidores y programadores extranjeros.
Como es habitual, Francia vuelve a estar bien representada en Berlín, en algunos casos con viejos amigos del festival como Bertrand Tavernier, quien ya en 1995 ganó el Oso de Oro con La carnada y que ahora vuelve buscando recuperarlo con Laissez-Passer, un film que viene de provocar una controversia entre la prensa parisina por su tratamiento del tema de la ocupación y el colaboracionismo. Otro francés que ya va siendo también un habitué de la competencia berlinesa es François Ozon, quien dos años atrás presentó Gotas de lluvia sobre piedras ardientes y ahora llega con 8 Femmes, entre las cuales están algunas de las actrices más famosas de Francia: Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Emmanuelle Béart, Fanny Ardant, Virginie Ledoyen y Danielle Darrieux.
El georgiano Otar Ioselliani, de quien se estrenó hace muy poco en Buenos Aires su magnífica comedia Hogar, dulce hogar, supo ser durante mucho tiempo, y a pesar de su edad, una presencia permanente en el Forum del Cine Joven, pero este año la excentricidad esencial de su cine no parece haber impedido su participación en la competencia, con Lundi matin,realizada en Francia, como todos sus últimos films. Por su parte, otro veterano refugiado de Francia, el griego Costa-Gavras, trae Amen a la competencia de Berlín, donde ya ganó en 1990 el Oso de Oro por Mucho más que un crimen (Music Box). Menos representado que en tiempos de De Hadeln, el cine oriental, sin embargo, tiene en el concurso dos de los films más promisorios: Sen To Chihiro No Kamikakushi (Spirited Away) del maestro del cine de animación japonés Hayao Miyazaki (el realizador de la monumental Princess Mononoke); y Na-Bbun-Nam-Ja (Bad Guy), del nuevo enfant terrible coreano Kim Ki-duk, de quien en el último festival de Buenos Aires se vio la revulsiva La isla.
En funciones especiales fuera de concurso habrá films del norteamericano Robert Altman, del chino Zhang Yimou, del húngaro István Szabó y un documental de Wim Wenders, Ode to Cologne-A rock’n roll film, sobre la banda local BAP, liderada hace 20 años por el guitarrista Wolfgang Niedecken. A su vez, Panorama, la sección oficial no competitiva, incluye 38 largos de ficción, 17 documentales y 22 cortos, mientras que el Forum del Cine Joven este año parece batir records anteriores al albergar en su programa –todo un festival en sí mismo– 57 films y videos de 27 países, que van desde Argentina (ver aparte) hasta Vietnam. Pareciera que este año, más que nunca, en Berlín –como decía la publicidad de Godzilla– el tamaño sí importa.