ESPECTáCULOS › ENTREVISTA A LA ACTRIZ ESTADOUNIDENSE SARAH CLARKE
Secretos de una doble agente
Su personaje en la serie televisiva “24” fue impactante. En la segunda temporada, la amenaza es un ataque nuclear a Los Angeles.
Por Roque Casciero
El año pasado, Nina Meyers era la amante y compañera de Jack Bauer, un hombre de la CIA que luchó al mismo tiempo en dos frentes: debió desbaratar una conspiración para matar a un candidato a presidente de Estados Unidos, y rescatar a su esposa y a su hija secuestradas. Nina era el apoyo de Jack, pero al final se supo que era la conexión local del atentado y, para no ser descubierta, hasta asesinó a la esposa de Bauer. Este hábil golpe de timón dejó sin aliento a los millones de seguidores de la serie “24” y también le supuso un trabajo especial a Sarah Clarke, la actriz encargada de ponerle el cuerpo a Nina, quien sólo se enteró de que iba a ser “la mala” seis semanas antes de grabar el último y revelador capítulo de la temporada. “Lo que hice fue mirar todos los videos del programa y proyectar en base a eso el pensamiento de quién era Nina”, explica Clarke en comunicación telefónica con Página/12. “Verlos me ayudó a engancharme con la nueva faceta del personaje”, señala.
En la segunda temporada de “24”, que Fox emite todos los lunes a las 22, la inquietante doble agente acaba de hacer su aparición (en un capítulo que se repite el próximo lunes las 21). La dinámica de mostrar la acción minuto a minuto no ha variado, pero el escenario sí: el candidato ya es presidente y la nueva amenaza es un ataque nuclear a Los Angeles.
El personaje de Nina Meyers supuso un despegue para Clarke, que sólo había aparecido en televisión en capítulos aislados de “Sex and the city” y “Ed”. Para ella todo en “24” parece ser una sorpresa: “Hice la audición una mañana y a la tarde comenzamos a grabar el piloto. Como los vestuaristas no habían decidido bien qué clase de ropas debía usar Nina y no había demasiado tiempo, el director dijo que le gustaba la que yo llevaba puesta y ésa fue la que usé. Pero después de que vimos el piloto, dijeron: ‘Oh, ahora vamos a necesitar diez de ésas’, porque la serie se desarrolla durante 24 horas continuas. El diseñador original ya no tenía esa tela, así que tuvo que salir de compras y hacerme varias. Pero no quedaron iguales: hay una mínima diferencia entre la que usé en el primer capítulo y el resto”.
–Hay rumores de que “24” tendrá una tercera temporada. ¿Podría adelantar algo?
–De acuerdo con lo que escuché, debería haber una tercera temporada. Pero, en este punto, todo está en la mente de los guionistas y los productores.
–Si se hace, ¿Nina tomará parte?
–Pongámoslo así: existe la posibilidad (se ríe).
–No cuenta demasiado...
–No, en serio, no sabemos nada.
–La idea del ataque a Los Angeles, posiblemente por parte de terroristas de Medio Oriente, ¿no le parece demasiado conveniente a los intereses del gobierno de Bush?
–Los guionistas imaginaron este escenario durante el verano (boreal), cuando algo así era un miedo palpable, aunque no tanto como cuando la serie salió al aire. Fue una sorpresa para todos los involucrados la sincronía con los tiempos que tiene la serie. El año anterior, en el primer capítulo explotaba un avión. Después del 11 de setiembre, eso no pudo emitirse. La segunda temporada tiene que ver con algo que estaba en el aire, que es un tópico provocativo. Mucha gente se sorprendió por cómo el programa tomó algo que subyacía en nuestras mentes. Eso es algo que toman en cuenta los guionistas, porque debés tener cierta responsabilidad cuando tratás un tema social que está sucediendo a tu alrededor. Ya no estamos más en la era de “¿no sería loco que esto pasara en Los Angeles?” porque realmente podría suceder. La serie trata de decir que esto puede pasar y de que veas a los personajes inmersos en eso. No creo que ése en particular sea el punto de vista de Bush. Me parece que está más cerca de tratar sobre cómo el país reaccionaría ante la amenaza de un ataquenuclear, que es algo de lo que se estuvo hablando mucho, y de si tendríamos líderes que pudieran hacerse cargo de la situación y que hicieran lo correcto. Más que de un horror inminente, se trata de cómo hay gente que se alza por sobre las situaciones e intenta hacer lo correcto.