ESPECTáCULOS › “VALENTIN” SE QUEDO AFUERA DE LA COMPETENCIA OFICIAL
Cuando se manca la favorita
Un conflicto burocrático entre entidades de cine provocó que la película de Alejandro Agresti fuera retirada de la lista. Es una pena: merecía su buen par de Ombúes, que se anuncian hoy.
Por Martín Pérez
Desde Mar del Plata
Venía como favorita desde antes de que empezase el Festival. La reservaron para el último día de exhibición de las películas en competición. Y cuando ayer por la mañana finalmente se la pudo ver, quedó claro que confirmaba su condición de favorita. Pero hacia el final de la conferencia de prensa que acompañó el estreno marplatense de Valentín, la película del argentino Alejandro Agresti que competía por el Ombú de Oro, las autoridades del Festival hicieron pública la decisión de retirarla de competencia. La noticia hizo llorar a Rodrigo Noya, el niño que encarna al protagonista del film y presente en la conferencia de prensa matutina al igual que Jean Pierre Noher, que corrió a abrazarse a su padre. “Gracias, Mar del Plata”, dijo el padre ofuscado y en voz alta, antes de retirarse del lugar junto a su mujer y a su hijo, dándole el punto final al escándalo del Festival.
La decisión obedeció a una exigencia de la AFIP, entidad a la que responden los grandes Festivales de Cine del mundo. Su argumento fue que, como Valentín ya había sido premiada en octubre pasado en el Festival de Biarritz, no podía competir en Mar del Plata. La exigencia se supo desde antes del inicio del Festival, y fue comunicada a los productores del film el domingo pasado. Pero como Biarritz no es un Festival reconocido por la AFIP, retrasaron la decisión hasta último momento, confiados en que el problema podía ser superado. Pero no fue así, por lo que el film de Agresti –gran animador siete años atrás del primer Festival de la era Mahárbiz con Buenos Aires Viceversa– se irá de Mar del Plata con las manos vacías. Cuando este mediodía se anuncien los premios oficiales, la mención de Valentín estará ausente. Aun cuando, por lo visto en competencia, se hubiese merecido más de un premio.
Tal vez el mejor film de Agresti en una década, Valentín es una obra con grandes rasgos autobiográficos, que cuenta su historia desde el punto de vista del niño cuyo nombre bautiza el film. Valentín vive con su abuela, tiene un padre autoritario que se separó de su madre y al que ve poco y nada, y debe enfrentarse solo con la vida. Sueña con ser astronauta, es amigo de un vecino pianista y se entusiasma cada vez que conoce a las sucesivas novias de su padre, porque desea tener una nueva madre alguna vez. Ambientado a mediados de los sesenta, el trabajo de Agresti está atravesado por una permanente voz en off y por momentos tal vez sea de un sentimentalismo exagerado hasta perder credibilidad, pero es el trabajo más consistente del director en mucho tiempo. Sus protagonistas son Carmen Maura en el papel de la abuela, el propio Agresti en el papel del padre de Valentín (encarnando a un personaje basado en su propio padre) y un fantástico Noya –un niño surgido de “Agrandadytos”, y que ya protagonizó Dibu 3– como Valentín.
“Hacer esta película me fue más difícil que Dibu 3, porque es una película para grandes”, le explicó Rodrigo a Página/12 antes del escándalo. “Porque había cosas que no entendía. Por ejemplo, yo no sé lo que significa ‘ser judío’”, explicó el niño, que fue elegido por Agresti entre 250 chicos. Y que en una escena debió cantar a gritos los versos de “Color humano”, un tema del primer disco de Almendra –Agresti es un reconocido fanático de la obra de Spinetta, y no se priva de incluir sus temas en sus films– que Noya confesó no conocer. A pesar del temprano anuncio oficial del retiro de competencia del film, durante toda la tarde de ayer continuaron las gestiones para rever la medida, que chocaron contra la cerrada negativa de Bertrand Moulliers, una de las autoridades de la AFIP, presente en Mar del Plata. “Nosotros somos artistas, no entendemos de burocracia”, le dijo un ofuscado Noher en un momento de la tarde. “Debería haber más burócratas como yo, así se cumplen las reglas”, le respondió impávido el francés. Aun cuando ayer estaba trabajando en LosAngeles, durante las idas y vueltas de esta historia Agresti estuvo comunicado telefónicamente con Pablo Wisznia, el productor argentino del film que no se movió de la trinchera en Mar del Plata, defendiendo el film hasta último momento.
Lo cierto es que, a pesar de la ausencia de Valentín en los premios, las principales favoritas para los Ombú a anunciarse hoy en la clausura del Festival siguen siendo las representantes argentinas, en este caso reducidas a dos: el simpático film de Szifrón y el exigente trabajo de Hugo Santiago. Dentro de una competencia a la que, a pesar de ser de mejor calidad que las últimas ediciones del Festival, sigue costándole presentar algún contundente favorito, es difícil señalar otras candidatas. Desde su exhibición, no han dejado de mencionarse la ambición biográfica de la intrascendente Facing the truth, así como el humor de Separaçoes, una teatral representante brasileña que está más para el Estrella de Mar que para un Ombú. A pesar de haber defraudado con respecto a A ciegas, película con la que compitió aquí años atrás, el finlandés Matti Ijas podría tener alguna suerte con Blue corner, y lo mismo podría suceder con la trágica solemnidad de la demorada Past perfect (estaba anunciada la semana pasada, pero se vio recién ayer) o la medida bizarrez de The nature of Nicholas. Pero, sean cuales sean los premios, luego de la sorpresiva decisión de ayer será imposible evitar la comparación de cualquier premiado con Valentín, la competidora ausente.