ESPECTáCULOS › LOS CANALES DE AIRE NUNCA TUVIERON TANTOS NOTICIOSOS COMO EN ESTE MOMENTO
Es que muchas veces la realidad supera la ficción
Los canales han ampliado al máximo sus posibilidades de reflejar la realidad, en un proceso que este año se ve como cristalizado. ¿Están tan interesados en informar o es que las noticias son más baratas que la ficción?
Por Emanuel Respighi
Allá lejos y hace tiempo, los noticieros ocupaban una franja marginal en la programación de los canales. Durante los años del menemismo, algunos canales soñaron con eliminarlos, ya que en su visión todo estaba en orden. Hoy, la situación es inversamente proporcional, acaso como reflejo de un país donde nada está demasiado en orden y todo el tiempo parecen estar pasando cosas definitorias: nunca la televisión tuvo tantos noticieros, en un marco donde además se han multiplicado las propuestas periodísticas. Los más entusiastas piensan que esta realidad marca una nueva forma, más real, de hacer televisión. Los más escépticos sostienen que es un resultado directo de la crisis económica: trabajar con las noticias es mucho más barato que elaborar ficciones. Como quiera que fuese, cualquier argentino sabe que temas como el corralito, la devaluación, la inseguridad, los cacerolazos, la represión policial y los infinitos meandros de la lucha política han tenido en los dos últimos años una cobertura televisiva por momentos exhaustiva.
La proliferación de los noticieros en los cinco canales de aire (ver aparte) es tan fuerte que, incluso, ya no sólo se encuentran ediciones a toda hora de lunes a viernes. Ahora, los espacios informativos también se diseminaron durante el fin de semana, período en el que hasta hace no mucho tiempo la información monopólica era la deportiva. Todos los canales de aire sumaron nuevas ediciones informativas en los últimos meses, a excepción del 13, que mantuvo sus tres ediciones diarias, acaso por ser el líder indiscutido en materia informativa. La modalidad de incluir ediciones informativas los sábados y domingos es nueva y casi no tiene antecedentes en el país. El primer canal en programar noticieros los fines de semana fue el 7. En junio de 2002, la gerencia de noticias decidió reforzar su servicio informativo sumando dos nuevas ediciones a la medianoche del sábado y del domingo.
“Tomamos esa decisión porque la gente demanda cada vez más información y el canal estaba huérfano de información los fines de semana”, puntualiza Fernando Fraquelli, subgerente de noticias del canal estatal. “Como no tenemos la posibilidad de competir con los principales canales de aire de Capital, se nos ocurrió que un modo de hacerlo era mostrar algo distinto. Se buscó agregarle a la noticia deportiva, la noticia política y social de actualidad. No es que la gente dejó de ver fútbol los domingos a la noche, la novedad es que además quiere saber qué paso en el país y en el mundo”, remarca. Las buenas mediciones que obtuvieron las dos nuevas ediciones informativas del canal estatal (llegan a promediar más de 4 puntos de rating) llevaron a América y Canal 9 a seguir los mismos pasos. De esta manera, con el comienzo del bombardeo de Estados Unidos a Irak, ambas emisoras programaron ediciones especiales de fin de semana que con el tiempo se quedaron definitivamente. Actualmente, América tiene al aire “Informe central” (sábados a las 21) y “América noticias” (domingos a las 20). Por su parte, el 9 tiene una edición informativa los domingos, a las 19.
Eduardo Cura, responsable de los noticieros de América, señala que la multiplicación de noticieros se debe a que los hechos se suceden con tanta rapidez que ya no hay lugar para una tregua informativa tan prolongada. “Un fin de semana sin noticias –afirma Cura– en la televisión abierta es como un `estado amnésico’ que la velocidad de las acciones sociales y públicas ya no permite. Hay novedades todo el tiempo y la gente quiere estar al tanto. Todo comenzó cuando extendimos la programación habitual a los sábados y a poco de andar se observó que los números acompañaban: había un público dispuesto a ver noticieros durante el fin de semana.”
Otro de los canales que se sumó a la ola informativa fue Telefé. La señal, que históricamente estuvo asociada al entretenimiento y la frivolidad, evidenció en el último año un cambio en el perfil de su programación, que poco a poco fue aumentando su servicio informativo. Dehecho, de contar hace dos años con una edición informativa por día, Telefé pasó a tener tres ediciones diarias y un par de productos periodísticos nocturnos. Osvaldo Petrozzino, gerente de Noticias, ensaya una suerte de explicación del viraje que sufrió la pantalla de Telefé. “La inclusión de noticias se debe, esencialmente, a que un servicio público como la TV no puede renunciar a informar a su audiencia. Es un principio general, casi una obligación. Y, además, porque hace más de un año consensuamos que la pantalla que lidera el rating no podía tener ese elemento en déficit.”
Pero más allá de la veracidad que tienen los argumentos coyunturales y hasta morales y éticos de los que se valen los encargados de la programación periodística de los canales, la multiplicación de los noticieros tiene una causa profunda sin la cual la metamorfosis que sufrió la pantalla hubiera sido imposible. En rigor, una razón de peso para el desarrollo de esta tendencia es que la puesta al aire de nuevas ediciones de los noticieros no requiere de grandes inversiones en términos económicos. Utilizando la estructura informativa habitual (conductores, periodistas, técnicos, móviles), los noticieros tienen un costo relativamente bajo para los canales, que aprovechan al máximo la estructura que hasta no hace mucho se encontraba ociosa durante los fines de semana. Las ediciones se alimentan de las mismas notas. La ecuación es práctica: una guardia, conductores alternativos, la misma estructura, las mismas notas.
“No vamos a negar que en esta época de crisis los noticieros también cubren espacios con poco dinero”, acepta Fraquelli. “Los noticieros de fin de semana no le generan un mayor gasto a Canal 7. Ni en lo que se refiere a los periodistas, porque los hacen los mismos que están contratados, ni en lo relativo a las fuentes de información, porque estamos cubiertos con las agencias nacionales e internacionales. El único inconveniente fue que tuvimos que llegar previamente a un acuerdo con el sindicato de periodistas (UTPBA) para lograr un cambio de franco de un grupo de periodistas y, de esa manera, no incrementar el gasto de personal horahombre. La verdad es que es un negocio redondo para los canales”.
Cura, por su parte, señala irónicamente que la coyuntura y el bajo presupuesto son “una feliz coincidencia”. Pero le otorga un mayor protagonismo al interés de la gente. “Tomando –analiza– el período comprendido entre la elección de 1999 y esta última, es fácil observar un aumento del interés por la información. Es paralelo al proceso de involucramiento de la gente en la cosa pública, que termina de expresarse en la alta participación de votantes. La gente quiere saber, quiere controlar, está desconfiada, pero también quiere creer y participar.”
En Telefé, reconocen que la escasa inversión estimula la proliferación de nuevas ediciones. Pero también expresan que su caso obedece a una cuestión más política que económica. “Nosotros –remarca Petrozzino– no programamos noticieros por el bajo costo, porque, como el canal tenía una única emisión diaria hasta hace poco, tuvimos que crear una estructura con una importante inversión. Distinto fue el caso de otros canales que tienen servicio las 24 horas por cable, o de los que basan su programación en el sesgo directo de la información. Aunque sabemos que el canal es una emisora asociada a los entretenimientos, lo que deseamos es que la gente no tenga que ir a otra pantalla para informarse.”
Claro que la cantidad no hace la calidad. El mayor exponente al respecto es el 13, que pese a la arremetida de sus competidores no sumó ninguna edición informativa y se mantiene líder en el rubro, con amplia ventaja. Petrozzino dice que eso es resultado de una política a largo plazo. “La gente –afirma– está demandando en qué o quién confiar, más allá de querer estar informada. Los argentinos hemos visto cómo ese país que creíamos lógico se convirtió en impredecible de un día para otro. Por eso, más que sumar noticieros,la tarea es volver a construir el concepto de credibilidad. A la larga, los más creíbles son los que la gente terminará valorando.”