ESPECTáCULOS › LA TELEVISION ARGENTINA ACTUAL TIENE UNA SOBREDOSIS DE PROGRAMAS INSPIRADOS EN E!
Ante la falta de ideas propias, vivan las ajenas
El canal dedicado a la farándula de EE.UU. ha sido poco menos que saqueado por los productores locales. Un paseo por el mundo de los programas inspirados en originales a disposición de cualquier televidente.
Por Julián Gorodischer
”El noventa por ciento es copiado”, decretó el experto chileno y abrió el fuego. La tele del país vecino, dijo, no tiene ideas propias, aunque lentamente y gracias a la irrupción del cable, esa falta empezó a quedar en evidencia. “Algunos descarados copiaban igual al original –investigó el especialista en medios Sergio Riesenberg–; otros menos caraduras adaptaban. Ahora hay que pensar y dejar de firmar por lo ajeno, porque el cable desnudó a los falsos e impostores”. ¿Y por casa, cómo andamos? La televisión se mueve por oleadas migratorias y éste es tiempo –parece– de mirar hacia E! Entertainment, como antes tocó el turno a las series y los realities.
Mauro Viale incluye en “Mediodías con Mauro” un pequeño “Mysteries and scandals”, sin que la copia parezca, al menos, disimulada. Allí se ven, a las 13 en el 9, los mismos recursos que en el original, calcados: la elección de una figura “de las de antes”, el recorrido por el archivo de una vida “en picada” desde el aplauso al suicidio o con términos medios: la derrota, el aislamiento o el exilio. ¿Diferencias? Si E! reserva a “Mysteries...” el clímax dramático de una programación y recorre “sexo, violencia y drogas” de los fiftie’s boys; Mauro sonoriza con la marcha fúnebre o algún otro clásico el “intento” de Amelia Bence o el encierro de la Sarli, con algo menos de documentación.
Claro que si hay un gran importador de la programación del “canal del espectáculo” es Marley, desde sus primeras entrevistas en “Teleshow” a los recorridos tipo “Wild On” en “Mundoshow” (siempre con un... show para señalizar al lego) y ahora con su producción para Telefé “Protagonistas únicos”, réplica de “Celebrity Profile”. Mismos tiempos, estilo de locución, misma secuencia narrativa y mismo tipo de biografiados para construir “el mito vivo” a la criolla, representación del sueño americano devaluado: clásicos tipo Su Giménez o novatos como Nancy Dupláa, aunque sea por “haber cazado (sic) al más sexy”.
El copión importa el catálogo de estrellas “contadas por sus amigos y parientes” y agrega apenas un ingrediente: que nunca se cuestione al aludido como sí sucede en E! Por estas tierras, las fuentes son mamitas que engrandecen a la que “desde chiquita se paraba frente al espejo y decía `quiero ser actriz, voy a llegar lejos?”. ¿Más ejemplos todavía? La moda del importado vía E! no discrimina canales, y América tiene su propio émulo de “The E! True Hollywood Story” en “Secretos verdaderos”, con conducción de Marcela Coronel y Luis Ventura. El nuevo copión no adapta ni un poquito: traza grueso, repite hasta el rictus del presentador y el desplazamiento acotado por el estudio. El copión imagina a “la Coronel” con traje de gala, a la gran Hollywood e incorpora hasta los tics del original: “Cuando regresemos, Marcelo Tinelli descubre que...”, igualito que en E! pero con un pequeño enroque en los contenidos: Adrián Suar o Ricardo Darín en vez de Drew Barrymore o River Phoenix.
La “gran innovación” de los hermanos Borensztein fue importar a la TV argentina el tiempo real de “24”, de Fox, y luego Suar “experimentó” con la pantalla fragmentada de “099 Central” tomada prestada de la misma serie de Kiefer Sutherland. El programa más visto de Telefé, “Costumbres argentinas”, hizo “a la criolla” una remake de “That 80’s Show” con símil disquería, música de los ochenta y pandillas soft pero más ligado a los Benvenutto que a la comedia de situación. Un fanático dirá, en cambio, que todo lo que se hizo desde los ‘80 hasta la fecha, incluyendo “Costumbres...” es una copia pero interna: ¡de “Pelito”!
“En ficción –asegura el comunicólogo Alejandro Seinkman–, “Pelito” fijó las bases de toda la estructura de situaciones y personajes que vendría después. Nadie, nunca más, pudo quebrar ese mandato”. Su tarea,leída como una cuenta pendiente con su propio fanatismo de la adolescencia, consiste en un trazado obsesivo de las influencias de los personajes de “la primera tira juvenil” (Diana, Martín, Bichi...) y sus correspondencias en “Verano del ‘98”, “Rebelde Way”, “Rincón de Luz”, pero también en “Son amores”. “Es siempre la misma historia: dos pares protagónicos, coro de cuatro consortes, seis adultos y tópicos fijos”, dice Seinkman, que publicará su investigación con el título “Todos somos Pelito”, y tiene relevadas 57 situaciones “madre” revisitadas.
En 2001, todos fueron realities, y la fiebre de la copia, por una vez, compró derechos legales e hizo todo en regla. Los programas más vistos (“Expedición Robinson”, “Gran Hermano”, “El Bar”) se limitaron a traer formatos extranjeros, y hoy mismo las secuelas de aquel fenómeno (“Operación Triunfo” y “Escalera a la fama”) son clones del “Operación...” español y del “American Idol”, de Fox, respectivamente. Ahora, para detectar al copión basta con poner un rato E!, y se sabrá que “el préstamo” no distingue el cable del aire. Catalina Dlugi reproduce “Behind the scenes” para dar forma a la Cartelera de TN y hasta podría leerse a los programas de archivo (“Televisión Registrada”, “Televicio”, y los flamantes “Nosotros también nos equivocamos” y “De lo nuestro lo peor”) como réplicas del histórico “Talk Soap” en que un conductor histriónico se ríe de la tele de las tardes en los Estados Unidos.
¿Qué fue primero? “Por años –explica el chileno Riesenberg– copiar fue el alma mater de la casi totalidad de los realizadores del país que, ante el imperio de un nuevo programa, partían a mirar y volvían con las ideas gordas”. La tesis del especialista (el acceso a la TV extranjera extingue el panorama de copiones) no rige para la Argentina, donde se hace como si no se viera. ¿No consideran los cultores del “cambio de look” que hay acceso libre a las aventuras del original “Fashion Emergency”? Y los fiscales de moda (Claudia Pandolfo en “Va por vos”, los chimenteros de “Intrusos” o “Los profesionales...”) ¿no clavaron el 41 de Cablevisión para notar que todos pueden ver el despliegue irónico de Joan Rivers? Eso no es nuevo, pero se hace como si la originalidad no fuera un valor y lo que importara fuera ejecutar la réplica más exacta, como un traductor de los mejores.