SOCIEDAD › EL ABOGADO PIERRI, DETENIDO POR SU PAPEL EN EL CASO GRASSI

El cura no tiene quien lo defienda

Un fiscal les imputó a Pierri, a un juez y a su secretario haber urdido la supuesta retractación de uno de los acusadores del cura. El mediático abogado, que fue apresado en su estudio, está acusado de defender a Grassi y a uno de sus denunciantes al mismo tiempo.

 Por Horacio Cecchi

A pocos días de que venza el plazo para presentar pruebas y cuestionamientos a la elevación a juicio del caso de Julio Grassi, la defensa del cura se debate en la madeja que ella misma construyó. Sin ir más lejos, ayer, uno de sus abogados, el más mediático de todos, Miguel Angel Pierri, fue detenido acusado de encubrimiento agravado, violación de secretos y prevaricato. El encubrimiento agravado no es excarcelable por lo que, si se prueba, Pierri seguirá el caso de su cliente desde una celda hasta el juicio oral (no el de Grassi, sino el suyo propio). El encubrimiento de que se lo acusa está vinculado a la supuesta retractación de “Ezequiel”, uno de los testigos que acusó al cura. Esa retractación, luego anulada por la Cámara por serias irregularidades, surgió de una audiencia en el juzgado de menores de Ricardo Oyama. Pierri estuvo presente en esa reunión, en teoría representando al joven aunque era parte del costoso equipo de defensores de Grassi. De ahí, además, que le imputen prevaricato. Oyama y su secretario, Carlos Enríquez, también cargan con la misma acusación.
“Ezequiel” es el segundo testigo de cargo contra el padre Grassi (“Gabriel” fue el primero). En noviembre del año pasado, el joven declaró que Grassi había abusado de él en la Fundación Felices los Niños, en 1998. Pero a mediados de diciembre, a “Ezequiel lo citaron para una supuesta pericia psiquiátrica en el juzgado de Menores 1 de Morón, a cargo de Ricardo Oyama. Pero según denunció luego el abogado de los dos menores (“Gabriel” y “Ezequiel”), Juan Pablo Gallego, la pericia se transformó en una indagatoria en la que el joven terminó retractándose de las acusaciones contra Grassi. La Cámara rechazó la retractación por trucha y Gallego presentó una denuncia ante otra fiscalía de Morón, con lo que se abrió una investigación paralela al caso Grassi. En esa denuncia se pedía que se investigara al juez Oyama, ausente por casual licencia, al secretario Enríquez, que no firmó la declaración pero habría sido quien condujo la audiencia, y a Pierri, entre otros.
¿Por qué apareció Pierri en escena? Según la investigación, fue quien llevó al chico a la audiencia, en su supuesto papel de abogado de la madre de “Ezequiel”. Pero, contradictoriamente, a esa altura formaba parte del carísimo staff que defendía a Grassi. Pierri desmintió en una oportunidad haber sido patrocinante de “Ezequiel”. “Solamente ayudé a la madre en algunas cositas”, aclaró. Si se comprueba que no fue así, lo enjuiciarán por prevaricato. Además, Pierri fue acusado de violación de secretos. Los temas que recorren los juzgados de menores son secretos para garantizar que la identidad de los menores no se haga pública. Pero apenas concluyó la audiencia en el juzgado de Oyama, la retractación de “Ezequiel” tomó estado público. En la Justicia sospechan que la información partió del propio abogado hipermediático. Pierri ya lo había hecho durante el programa “Hora Clave”, de Mariano Grondona, cuando el periodista le preguntó aquello que no debía preguntar: los nombres de los menores protegidos con identidad reservada.
Pero el delito más grave es el de encubrimiento agravado. “El encubrimiento es excarcelable, pero en este caso está vinculado al delito que se pretende encubrir –dijo el abogado Gallego a Página/12–: el de abuso sexual y corrupción de menores, delitos que llevan condenas muy graves. El encubrimiento de que se lo acusa es el de intentar favorecer al padre Grassi para eludir a la Justicia ocultando pruebas. La prueba que se intentó ocultar es la declaración de ‘Ezequiel’, con otra prueba falsa, la retractación”.
El fiscal que investigó la denuncia se llama José de los Santos, y pese a su apellido no aportó a favor del cura: consideró probados los tres delitos y pidió la detención y procesamiento de Pierri. Salvo el de prevaricato, usó la misma fórmula para acusar al juez Oyama y a su secretario Enríquez. En el caso de Oyama, deberá primero ser indagado. Elresultado de esa indagación deberá ser elevado a la Oficina de Control Judicial de la Suprema Corte bonaerense, y luego, si hay mérito suficiente, se abrirá un jury en la Legislatura provincial para discutir si se quitan los fueros al juez. En el caso de Enríquez, tomará intervención la Corte provincial, pero no es necesario un jury.
Según el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, se realizaron dos procedimientos. Uno en la casa de Pierri y otro en su estudio, donde finalmente lo encontraron, alrededor de las 14.30. De allí partió hacia su nuevo destino.
Si la estrategia del grupo de defensores era tomar a los dos testigos como “chicos revoltosos”, abrir un frente mediático donde se cuestionara la investigación como una arbitrariedad, y apelar a la eminencia tecnicista de Jorge Sandro para cuestionar las acusaciones apelando ante la Cámara, ahora todo eso quedó en proyectos. La Cámara rechazó las apelaciones y los pedidos de nulidad de los testimonios y el staff se quedó sin estrategia que poner en práctica.
Con Pierri detenido, Luis Moreno Ocampo estrenando traje de fiscal en la Corte Internacional de La Haya, y Jorge Sandro de viaje hasta el fin de semana, la defensa de Grassi no sólo hace agua sino que se transformó en un inmenso agujero. El padre ahora evalúa su última apelación: una plegaria.

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El abogado Miguel Angel Pierri, de los medios a prisión.
 
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